El 4 de junio de 1937 se inauguró el edificio de la Unidad Penitenciaria de Villa María, erigida por entonces en las afueras de la ciudad y hoy integrada a la trama urbana del barrio Belgrano.
Del acto de inauguración participaron, entre otros, el gobernador de la provincia, cargo ejercido en aquel entonces por don Amadeo Sabattini.
Una cárcel en esta región era reclamada por vecinos, dado que era claro que las instalaciones de la Jefatura Política, es decir, la sede policial, no garantizaban las condiciones mínimas para que pudieran ser alojadas allí las personas detenidas.
Se hizo por entonces una protesta pública encabezada por Leopoldo Garroq, quien en 1930, según cita el libro de Bernardino Calvo, hablaba de la situación de hacinamiento en la que se encontraban los presos. El periódico Tercero abajo publicó una nota de Garroq, cuando el profesional detallaba que esas celdas no permitían cumplir el precepto constitucional de que “las cárceles serán sanas y limpias para la seguridad y no para el castigo de los reos alojados en ellas”.
Si bien la cárcel era reclamada por los vecinos, las autoridades de Villa Nueva, alertadas por esos años de que podrían ser sede de la construcción de un penal, pusieron el grito en el cielo.
“Esta ciudad huérfana en absoluto de obras públicas nacionales y provinciales necesita que ayuden y estimulen su progreso y no puede contemplar con indiferencia lo que significaría un despojo, si los rumores circulantes llegan a confirmarse”, indicaron en una nota en la que expresaron su absoluto rechazo a la obra.
Las autoridades provinciales tranquilizaron a los villanovenses y les confirmaron que la cárcel iba a ser del otro lado del río, más precisamente en “Villa Avión”.
El primer director de la Unidad Penitenciaria fue Félix Sanmartino.
Una curiosidad de la cárcel local es que, en el período anterior de autoridades, fueron dos mujeres las que estaban al frente: se trató de la ahora jubilada psicóloga Estela Grognoletti y la actual vice, la trabajadora social Sandra Liendo.
La cárcel que albergó inicialmente a unos 30 detenidos, se fue ampliando y hoy tiene una capacidad para alojar a casi 400 personas, cantidad que se ve superada en un centenar, según afirmaron los vecinos de las inmediaciones.
Cabe señalar que no es vivida como un motivo de inseguridad, sino más bien como un símbolo del barrio.
En las fotos:
Al acto de inauguración de la cárcel local asistió el entonces gobernador, don Amadeo Sabattini
La bienvenida al barrio la da el pulmón verde más importante de la ciudad, por su extensión y arbolado. Una de las instituciones del sector es el Tiro Federal
Los vecinos aguardan con expectativa la culminación de las obras del nuevo Hospital, que serán un empuje para el
desarrollo