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La educación como una puerta abierta a la reinserción a la sociedad |
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Los futuros formadores participaron de una actividad que permitió dar luz a otro escenario donde se materializan prácticas educativas. El objetivo fue fortalecer la participación de los jóvenes en distintos espacios que impulsan el acceso universal a la educación. Promover el cumplimiento de este derecho es sinónimo de nuevas oportunidades para el interno, ya que contribuye a su reinserción social y cultural.
La educación, como derecho humano inalienable, debe ser garantizada aún en contextos de privación de la libertad. En pos de esta meta se impulsan estrategias que acercan los distintos niveles educativos a las cárceles de todo el país.
Para que los futuros docentes que se forman en el ámbito de la UNVM conozcan otros escenarios donde se ejercen prácticas educativas, el docente Enrique Bambozzi organizó un panel con la presencia de docentes que desempeñan su labor en el Establecimiento Penitenciario Nº 5 de Villa María.
Al tratarse de sistemas concebidos a partir de lógicas diferentes que conviven en un mismo espacio físico, los educadores proponen un contexto de enseñanza- aprendizaje flexible que le permite al interno no sólo alcanzar su autonomía y desarrollo personal, sino también reforzar su dignidad y reconstruir su autoestima.
“Proponemos una educación liberadora que pretende hacerles saber que tienen la posibilidad de acceder a este derecho que en algún momento de sus vidas les fue negado”, afirmó Elba López, docente responsable de la instrucción primaria dentro de la institución carcelaria villamariense.
A nivel local se desarrollan experiencias de educación formal, no formal e informal que incluyen el dictado del ciclo básico primario y secundario, carreras de Nivel Superior no universitario y universitario, programas de alfabetización, de formación profesional, educación física y actividades culturales.
El mayor desafío se encuentra en dejar los prejuicios y las concepciones estigmatizantes o discriminatorias fuera del ámbito del aula: “Desde el momento en que ingresan a la escuela dejan de ser internos para convertirse en alumnos. Este es el punto de partida de una relación diferente, directa y humana”, sostuvo la maestra, quien se encuentra cursando el tramo final de la Licenciatura en Ciencias de la Educación que dicta la UNVM.
En el marco de esta charla abierta los integrantes del panel respondieron una a una las inquietudes que iban surgiendo en los futuros docentes. Aunque una gran mayoría de los interrogantes giró en torno a aspectos tales como la seguridad, la violencia y la problemática que atraviesa el sistema carcelario a nivel nacional, los educadores resaltaron la necesidad de pensar estos espacios como generadores de oportunidades y de restitución de derechos a un sector de la población históricamente vulnerado.
“Es importante que se acerquen a las escuelas en las cárceles y puedan pensarlas como espacio transformador y de encuentro con el otro”, puntualizó López.
Derecho universal
La educación no puede ser enmarcada como privilegio, beneficio por buena conducta o mercancía de intercambio para mantener el orden disciplinar entre la población presidiaria. Su concepción como derecho humano, obliga al Estado y a cada distrito correccional a garantizar el acceso y la permanencia dentro del sistema, situación que implica la revisión de una cultura institucional caracterizada por la arbitrariedad, la rigidez y la vigilancia permanente.
“El sistema carcelario y su personal no están formados para atender una escuela dentro de un penal, por eso desde que comenzó a valorizarse el acceso a la educación desde otra perspectiva, ha surgido un gran movimiento de educadores interesados en capacitarse para trabajar dentro de este contexto”, señaló la trabajadora social Mirtha Vilella, quien destacó la normativa argentina que equipara y reconoce a este espacio como una modalidad más del sistema formativo vigente.
Para la coordinadora socio-educativa del Instituto de Educación Superior del Centro de la República “Dr. Angel Diego Márquez” (Inescer) el trabajo cotidiano en un ámbito de encierro requiere de alternativas y propuestas que revaloricen al interno como persona: “Nuestra función consiste en brindarles todas las oportunidades para que puedan salir adelante y cambiar su manera de vivir en el futuro, además de reconstruir la relación que ha perdido con la sociedad”, concluyó.
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