Escribe: Damian Stupenengo
Alumni consiguió ser el dueño absoluto del clásico en Plaza Ocampo, al vencer 3-0 a Alem con una clara demostración de supremacía que le permitió mejorar su ánimo en la Liga Villamariense y, al mismo tiempo, ubicarse en posición expectante en la Zona A del Clausura.
Sólo duró 15 minutos la disputa del clásico entre el “Fortinero” y el “León”, que padeció el mal de ausencias. Fue en el inicio del encuentro, lapso en el que intercambiaron posesión y chances de convertir. En el momento en el que el local comenzó a ejercer presión en la salida del conjunto villanovense para recuperar rápido la pelota y supo administrarla, la cancha se inclinó hacia uno de los arcos y no volvió a retomar su posición ecuánime hasta el final.
Alumni ensanchó la cancha en todas sus líneas y obligó al “León” a tener que hacer lo mismo para intentar ejercer el marcaje.
De esta forma, el “Fortinero” consiguió que el centro del campo de juego fuera zona deshabitada por los volantes de Alem y se adueñó de ese sector.
En siete minutos, los dirigidos por Gustavo Miranda reflejaron en el marcador lo que estaba sucediendo en el terreno de juego. Primero, a los 20’, a través de Federico Depetris, quien empujó la pelota a la red después de que Maggi le ganara en el mano a mano a Nicolás Gayoso. Y a los 27’, cuando el mismo Gayoso encontró una pelota en el área para definir sin oposición luego de una gran corrida de 40 metros de Santiago Aloi y un centro perfecto de Esteban Canelo.
Alem sólo encontró respuesta en un remate lejano de Páez, a los 33’, pero que fue un espejismo porque apenas podía pelotear para intentar salir del fondo por la apremiante defensa a campo completo que ejercía el local. La línea de volantes se retrasó bastante para socorrer a la defensa, provocando que sus delanteros queden totalmente aislados.
Alumni entendió que debía defenderse con la tenencia de la pelota y, lejos de retroceder para asegurar el resultado en la segunda parte, sacó a relucir al máximo la disparidad física.
Aloi y Reina, desde la línea de volantes y el “Rayo” Gayoso más adelantado, marearon a una defensa que era pura voluntad ante la superioridad en velocidad. Fue justamente un error entre los centrales de Alem, a los 13’, lo que derivó en el 3 a 0, porque Federico Depetris encontró la pelota y le cedió el gol a Gayoso cuando Maggi intentaba taparle en el uno contra uno.
Durante todo el segundo tiempo, Ricardo Juárez y Maximiliano Le Roux parecieron dos bailarines de salón encerrados en un baile de cuarteto. Porque fueron los únicos que intentaron mostrar el camino futbolístico para salir del apremio rival, pero nunca tuvieron la compañía que necesitaban y el juego colectivo de Alumni terminó por neutralizar sus individualidades. Pese a eso, no le faltaron las posibilidades para descontar. A los 15’, Andrés Agosto vio cómo su tiro libre, que se colaba en el ángulo, encontraba la mano de Jonathan Scalzo. Y a los 31’, el ingresado Aráoz tiró por la borda la única jugada colectiva que esgrimió Alem en esa etapa y que lo había dejado solo frente al arquero.
El último cuarto de hora del encuentro pareció sobrar. Alumni mermó la intensidad de sus ataques, pero incrementó el cuidado de la pelota y Alem terminó por diluirse en ese piélago futbolístico que el Fortinero extendió por todo el terreno de juego.
El árbitro
El arbitraje de Pablo Echeverría fue correcto. Se le puede reclamar que fue demasiado permisivo en el inicio, pero no tuvo influencia en el marcador y evitó que el encuentro tomara brusquedad al final.
La figura
Dentro de un juego colectivo excelente, se puede destacar a Nicolás Gayoso, quien se despachó con dos goles y relució su velocidad a lo largo de todo el encuentro. El atacante había ingresado el domingo, durante el segundo tiempo del partido por el Argentino A.