El ex campeón mundial Gustavo Ballas brindó ayer una charla de motivación para jóvenes que sueñan con progresar en el boxeo villamariense y entrenan en el barrio San Martín, donde luego le pidieron que el nuevo gimnasio lleve su nombre.
“El Campeón Gustavo Ballas” denominarán al nuevo gimnasio, de acuerdo a lo que mencionaron luego de la charla efectuada en el centro vecinal del mencionado barrio, donde funciona la escuela de boxeo.
Ballas, quien llevó al deporte villamariense a la cúspide mundial, contó precisamente su historia de vida, lo que ganó y perdió con el éxito, motivo por el cual instó a los jóvenes a no caer en las adicciones, trabajar en el gimnasio y cuidarse.
Las charlas de Ballas ya son constantes por todo el país. La semana pasada brindó dos en General Cabrera, invitado por el municipio de esa ciudad, primero ante jóvenes y luego ante padres autoconvocados, en lucha contra las adicciones.
Con el campeón
Quienes acudieron a la charla de Gustavo aprovecharon también para fotografiarse con él y brindarle cariño, como una forma de demostrar admiración para quien fue un ícono del deporte local y nacional.
Nacido en esta cuidad el 10 de febrero de 1958, Ballas, luego apodado “Cocoliche”, llegó a la cima del boxeo cuando ganó el título Mundial de la AMB en la categoría Gallo Junior, el 12 de setiembre de 1981, convirtiéndose en el primer boxeador argentino en conseguir el título mundial invicto.
Antes de ello, nada fue fácil para Gustavo. Desde chico, debido a la situación económica de su familia en ese entonces, se vio obligado a dejar el colegio y salir a vender en la calle, para luego trabajar como lavacopas en la desaparecida pizzería Eden Bar. Allí escuchó por radio una pelea de Nicolino Locche y, desde entonces, su sueño fue ser boxeador.
Fue campeón mendocino (Mosca), el 15 de mayo de 1978; campeón Mundial (Gallo Junior), tras vencer a Suk Chul Bae (Corea) y campeón Argentino (Supermosca), luego de derrotar a Luis Ocampo (el 13 de noviembre de 1983). También ganó los títulos Sudamericano (Supermosca) y Latinoamericano (Supermosca).
Con los éxitos en el bolsillo y una fama difícil de manejar, Ballas cayó en las adicciones y luego en la cárcel.
Después de “tocar fondo”, Ballas se levantó, se recuperó y hoy diserta sobre alcoholismo y drogadicción.
Es por ello que ayer los chicos lo escucharon atentamente. Y él aconsejó sobre lo que se debe y lo que no se debe para manejarse en la vida, más allá del boxeo.
El reconocimiento fue total. “El Campeón Gustavo Ballas” tendrá su nombre en un gimnasio del barrio San Martín.