Juan José Busso y Mercedes Vásquez integran (desde hace 30 años) el grupo de Salud porcina de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC). Los expertos también estuvieron presentes, abordando sobre todo lo relacionado a la sanidad, en la charla “Claves para el pequeño productor de porcinos en su camino al éxito” que se desarrolló el pasado jueves en Alto Alegre.
“Nos invitaron a venir a Alto Alegre y nos pareció interesante compartir con alumnos, productores y con quienes participaron de este encuentro alguna de las cosas que son importantes en la salud del cerdo. Y esos temas pasan por dos aspectos: en mi caso hablé de algunas enfermedades que impactan en la producción porcina especialmente en esta zona, donde la mayor parte hace producción al aire libre, donde está el impacto que pueden tener las radiaciones. Además, estamos en una época donde la fertilidad empieza a caer sustancialmente, porque los cerdos expuestos al sol son muy sensibles respecto a su eficiencia reproductiva y fundamentalmente con otras enfermedades que impactan también en el proceso reproductivo en las cerdas y en los lechones después del destete”, explicó Busso.
En esta línea, abonó el segundo punto clave en el tema sanitario: “Hay que tener en cuenta el impacto que tiene la salud sobre la eficiencia productiva de toda la cadena. En este sentido, estamos convencidos que la carne porcina tiene que ser la carne de reemplazo de la carne bovina; esperemos que alguna vez nos pongamos de acuerdo con el consumidor especialmente y que la carne tenga un precio más accesible, como pasó alguna vez con el pollo”.
Según precisó el especialista de la UNRC, la mayor producción porcina está ubicada en el sur de la provincia de Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba. También, en la región del NOA está creciendo. “En agosto hicimos un congreso (que hace más de treinta años lo llevamos adelante), en el cual hubo más de mil asistentes. Donde hay producción de maíz, el cerdo es una de las salidas sustantivas”, remarcó Busso.
Continuando sobre el interés en la producción de cerdos, Busso consideró que “el mensaje más interesante sería ver cómo se logra que los productores (en conjunto con el Estado, los profesionales y las instituciones) generen un mecanismo para que la producción sea rentable. Nosotros estamos convencidos que la producción porcina es una salida para pequeños productores, que puedan producir su insumo principal (60% ó 70% de maíz en sus campos) y desde ahí crear un sistema de producción que sea eficiente, ya que no se puede trabajar con diez cerdas nomás, sino que tenés que tener un número determinado que produzca lechones (dos partos de cerdas por año), al menos 18 capones de cerdas por año. Eso se hace desde la producción instalación y la sanidad”.
La triquinosis
Por su parte, Vásquez, quien se dedica específicamente a la parte de parasitología en el grupo de Salud porcina de la UNRC, expresó que “la preocupación y el interés central pasa por la triquinosis que está afectando a la provincia. En este sentido, las investigaciones actuales apuntan en la detección preclínica de la enfermedad antes que aparezca, así anticiparse para tomar las medidas necesarias”.
En tanto, la especialista dividió a los parásitos en dos áreas: los que impactan en el sistema productivo y los que impactan en la salud pública. “Por ahí los que impactan en el sistema productivo a los médicos no le interesan, pero tenemos la relación del médico con la zoonosis (enfermedades que se transmiten de los animales a seres humanos). Dentro de todo, unas de las zoonosis más importantes (además de la que transmiten los pequeños animales -perros y gatos-) es la triquinosis”, explicó Vásquez.