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El Peregrino Impertinente
Hace algunos días atrás se celebró el Día Mundial del Turismo. Fue el pasado 27, fecha elegida por la Asamblea General de las Naciones Unidas a los fines de homenajear a este sector tan importante para todos. Para todos los que tienen un hotel.
Según sus creadores, la jornada tiene como objetivo hacerle notar al mundo el peso que tiene el turismo “y sus valores sociales, culturales, políticos y económicos”. Este último punto, el económico, figura en los documentos oficiales en mayúscula, letra Arial tamaño 24, doble subrayado, destacado en amarillo fluor y lucecitas rojas a su alrededor, que se prenden y se apagan al ritmo de “La cucaracha”.
Tema 2012:
la Ecología
Este año, las celebraciones del Día Mundial tuvieron lugar en Maspalomas, España, y su tema fue “Turismo y sostenibilidad energética: propulsores del desarrollo sostenible”.
Es la movida ecológica acaparando espacios y está muy bien que así sea. En las reuniones que empresarios, políticos y otros actores del rubro llevaron a cabo, no faltaron los saludos de cortesía, las anécdotas de mitines pasados y el humor de salón. Con lo que les sobró de tiempo, los señores se pusieron a debatir acaloradamente los tópicos de la orden del día.
Así, concluyeron en que el turismo está a la vanguardia en lo relativo al cuidado del medio ambiente. En su argumentación, utilizaron ejemplos como el siguiente: “En las habitaciones de hotel de todo el mundo se emplean cada vez más los sistemas de llave magnética y las bombillas de bajo consumo”. Entonces, que no vengan a echarle la culpa al sector por el cambio climático, eh.
Tal fue la significación del encuentro, que hasta el mismo Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, le dedicó una salutación: “(El turismo) se encuentra en una posición privilegiada para promover la sostenibilidad ambiental, el crecimiento ecológico y la lucha contra el cambio climático a través de su relación con la energía”, escribió el diplomático desde su despacho, en una acción de enorme trascendencia para los intereses del organismo.
Después, ya más tranquilo, se puso a leer sobre no sé qué cosa de unos bombardeos o algo así en Siria.
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