Mientras en Plaza Ocampo las grises nubes habían empezado a tapar la brillantez del sol, la “U” encontró, en su último ataque, la luz de la victoria. Fue a los 47’ cuando apareció Rodrigo Liendo en su lugar ideal y, gala de su eficacia goleadora, marcó el 2-1 a favor de Universitario.
El cabezazo efectivo del “Tanque”, que le permitió la victoria a la “U”, terminó derrumbándole la estantería a un Juventud que, después de trabajar a destajo el partido para al menos obtener un punto, se quedó con las manos vacías.
Es que, al final de cuentas, la insistencia y capacidad de recuperación le terminó brindándole a la “U” una victoria de gran calibre por lo difícil que le resultó el partido y porque los tres puntos le permiten extender una realidad expectante y que, además, lo refleja en las posiciones (está segundo).
Fue incisivo e importante lo que mostró Juventud en los primeros minutos del partido. La decisión para armar avances que mostraron sus jugadores y la positiva presión que ejerció en zona media le permitió a la visita tomar rápidamente el control del juego, ayudados además por la temprana conquista.
Es que, tras avisar con un tiro débil de Estévez, a los 10’ el conjunto de Ausonia abrió el marcador cuando Leandro Delgado apareció en el corazón del área para captar una pelota sin destino claro tras un tiro libre y rematar a gol.
Por ese entonces, la “U” se mostró confundido con la pelota y con fisuras en su rearmado defensivo que derivó a que la visita tenga el protagonismo del juego y sumó confianza que le permitió desarrollar una labor efectiva y convincente.
Mientras que los inconvenientes para armar juego se reiteraron en gran parte del primer período en la “U”, a excepción de mínimas oportunidades, no gravitó en zona de definición. Mucho tuvo que ver el certero e importante trabajo colectivo en la faz defensiva que realizó la visita que, primordialmente, le cerró los caminos por las bandas a Truglio y Reyes, a la vez que hizo jugar (y mucho) incómodos y lejos del arco a los hombres de ataque del local.
Recién sobre los 26’ llegó la primera chance de igualar para el local, aunque Marín perdió el duelo ante la excelente maniobra de Arcas, que luego se quedó con un cabezazo de Liendo, en la otra acción de peligro que mostró la “U”.
Más allá de dichas opciones, en el resto de la etapa la “Juve” controló bien la diferencia a su favor y cuando consiguió tener la pelota la administró con coherencia (buena labor de Márquez), aunque careció de peso ofensivo ya que tampoco volvió a inquietar con peligrosidad a Ballatore.
En el complemento todo arrancó como hasta entonces. Juventud con su acertado trabajo para no soportar sofocones y “respirando” cuando intervenían Contreras o Márquez, a la vez que la “U”, pese al desdoblado esfuerzo de Aguirre para brindar claridad y buscar variantes (tácticas y posiciones), continuó errático y tampoco sin tener soluciones con impulsos individuales.
No obstante, quedó en claro que le hacía falta el gol a Universitario para despegar su mejor nivel. Y ese guiño llegó a los 17 minutos, producto de sacar rédito de esa variante vital para vulnerar en mínimos espacios: la “pared”. Es que, Rodríguez (prácticamente sin gravitar hasta entonces) se arrimó al arco rival y, tras combinación con Marín, fue derrumbado en el área. De la ejecución se hizo cargo Barbuio, quien facturó el 1-1 con perfecta definición al palo derecho de Arcas.
Con el 1 a 1 se armó otro partido porque la “U” se entonó, encontró la profundidad y precisión para que Arcas tenga mayor participación, a la vez que Juventud adelantó sus líneas y también inquietó, sin la continuidad del local, en el área rival, a la vez que dejó de ser férrea oposición.
Con un Barbuio más incisivo, las productivas intervenciones de Truglio y el foco de alerta que siempre brindan Marín y Liendo (este último siempre correcto con la pelota o en la interpretación del partido), los dirigidos por Bernadó hicieron todo bien para marcar, aunque falló en la terminación. Por lo tanto, el travesaño (tras tiro de Liendo) y un errático Marín (se perdió dos mano a mano muy claras) impidió que llegara la segunda conquista, entre otras chances que mostró el local.
Finalmente, en tiempo adicional, llegó el buscado triunfo. Barbuio se hizo lugar por la banda izquierda y tiró un centro perfecto que encontró a un Liendo sin marcas, que metió un cabezazo imposible de contener para Arcas y sentenció el 2 a 1.
De esta manera, con el grito del final, Universitario logró un trabajoso como importante triunfo para afirmarse en los puestos de vanguardia y ratificar que es candidato a obtener la clasificación.
El árbitro
Damián Fernández llevó bien el contralor de un partido que tampoco le ofreció grandes complicaciones. Por momentos le dio continuidad al juego y amonestó con criterio. Acertó en el penal, aunque no vio una mano (que podría haber sido la segunda amarilla) de Fassi cuando concluía el primer tiempo y es cuestionable sólo la amarilla a Pierantoni por fuerte falta a Delgado.
La figura
Pese a sus intermitencias, Matías Barbuio mejoró notablemente en el segundo tiempo y fue crucial con su gol (de penal) y posterior asistencia en el triunfo del local, que también tuvo como pieza fundamental a Rodrigo Liendo, quien además de marcar mostró un nivel destacado. En Juventud, fue muy bueno lo de Arcas (tapadas importantes), Márquez (manejó bien los tiempos) y Contreras (inquietó en ofensiva).
