Las piedras se estrellaban una tras otra en los postigos de madera, cerrados, de la modesta vivienda ubicada en Marcos Juárez 650, entre Rucci y Estados Unidos, en barrio General Roca, popularmente conocido como “La Calera”.
A un costado de la casa, sobre la vereda, dos mujeres discutían acaloradamente. Se insultaban e incluso llegaron a agredirse físicamente.
En la calle, frente a la morada de la discordia, un nutrido grupo de vecinos insultaba a viva voz a los ocupantes del inmueble.
Más de cien personas, más que nada mujeres y niños, ocupaban casi toda la cuadra. Algunos, sólo observaban, aunque la mayoría, no ocultaba la indignación contra los ocupantes, presuntamente ilegales, de la morada con paredes de ladrillo visto.
Hubo corridas, golpes, más insultos y amenazas de ambas partes en pugna.
Y la bronca de los vecinos, que iba creciendo.
Este era, en pinceladas rápidas, el panorama que se vivía ayer, a las 16.30, en la calle Marcos Juárez, antes que llegara el primer móvil policial.
Pero los ánimos no se apaciguaron con la presencia de los primeros cuatro efectivos que formaron una barrera entre los supuestos “ocupas”, quienes dicen ser las dueñas de casa y el resto del vecindario, que les brindaba su apoyo y solidaridad, en algunos casos, a voz en cuello:
“Qué se vayan, qué se vayan”; “¡Devuelvan la casa hijos de p...!” “Si no se van antes de la noche, les prendemos fuego”, “uno roba una gallina y va 20 años en cana; estos hijos de p.... roban una casa y no les hacen nada”; “este barrio es de los choros, no de los violadores”; eran algunas de las frases que gritaban los vecinos. “Sáquenlos y les pagamos una asado, muchachos”, le decían a la Policía, “sáquenlos o los sacamos nosotros”... que a esta altura, ya sumaba tres móviles en el sector y la presencia del comisario Inspector Sergio Gónzalez para intentar resolver el conflicto sin que pasara a mayores y corriera sangre, porque a esa altura de la tarde, alrededor de las 17, todo parecía posible en La Calera.
Y los uniformados nada intentaban explicarle a la gente que era poco lo que podían hacer sin orden judicial.
“Sin una orden de la Fiscalía, no podemos nosotros desalojar de oficio”, decía uno de los efectivos del Comando de Acción Preventiva para responder al grito multitudinario de “¡sáquenlos ya, que los saquen ahora!”
Y entonces la gente volvía a la carga: “¡Qué venga el fiscal!”.
Pero el fiscal de turno, Gustavo Atienza, no se hizo presente.

@ En conflicto

El conflicto por la “casa tomada”, se había iniciado hacía una semana, pero en realidad todo había comenzado mucho tiempo atrás, cuando Claudia Villarruel acusó a su ex pareja (cuyas iniciales son A.R.) de haber violado a su hija - hijastra del acusado - desde que esta tenía 10 años hasta que cumplió los 13.
Hace un mes, el hombre fue detenido y aún permanece entre rejas, procesado por esa denuncia.
El sábado pasado, familiares del acusado, ocuparon la casa y se atrincheraron allí, negándose a salir, a pesar de la insistencia de Villarruel (ver recuadro), causando la indignación, poco a poco, de los vecinos de la cuadra, quienes, al parecer, están al tanto de todo lo ocurrido.
Al parecer, el acusado ha querido tomar venganza y mandó a ocupar la casa.

@ ...Y llegó el momento, pacífico desalojo

Cuando todo parecía a punto de estallar frente a la casa de la calle Marcos Juárez al 650, cuando los insultos y los juramentos alcanzaron el grado de máxima tensión, fue fundamental la labor de las fuerzas policiales y la “muñeca” para negociar del comisario Inspector Sergio González. Como primera medida, pidió una comunicación telefónica con el fiscal de Turno, luego de la cual, supo que tenía que controlar sólo la situación.

@ Paños fríos

González ingresó a la casa para conversar con quienes se habían atrincherado en el interior. Minutos más tarde, salió y llamó, en un aparte, a Claudia Villarruel y a su madre: “Les doy mi palabra de que saco a esta gente de la casa en un rato, pero ustedes tienen que dispersar a los vecinos”, dijo el comisario. “Dejamos la casa con custodia, para que nadie la destroce más de lo que está y esperamos hasta el lunes”, propuso González.
Las mujeres estuvieron de acuerdo y el gentío, aunque no se fue, se quedó en el lugar sólo como espectador.
Así, la Policía retiró uno a uno a los ocupantes de la casa, incluido el perro. Fueron cargados en sendos móviles policiales (fotos).
Una de las ocupantes de la casa debió ser trasladada al Hospital Pasteur ya que sufrió lesiones durante el enfrentamiento.
Fue digna de destacar la labor policial durante el conflicto y en su resolución al menos parcial.

@ A Tribunales

Las dos partes en pugna se comprometieron a comparecer en la Fiscalía mañana por la mañana, para encontrar una solución a este conflicto que, durante las primeras horas de la tarde de ayer ocupó a barrio La Calera.


**** “Esta casa es mía”
Claudia Villarruel, en diálogo con EL DIARIO manifestó: “Este lote es mío y la casa también, estábamos construyéndola para que se viniera a vivir conmigo mi mamá (Marta de Villarruel también estaba presente durante la disputa), pero la semana pasada vinieron éstos y se metieron. Le pusieron la puerta y la ventana y se quedaron adentro. Y no quieren salir”, expresó la mujer entre lágrimas. “Y eso es porque los mandó mi ex pareja, ese hijo de p... que nos arruinó la vida a mi hijita, a mí, a todos nosotros. Y ahora, desde la cárcel, manda a éstos para que se metan en mi casa y me la roben. Yo puedo demostrar que la casa es mía y ya hice la denuncia en Tribunales”, aseguró la mujer.
“Pensar que esa porquería (en referencia a su ex pareja) tuvo a mi hijita en brazos desde que tenía tres meses, y después abusó de ella durante tres años”, dijo.