Edicion: 2015-07-01
Hoy en Tapa de Papel | Ediciones Anteriores
NOTICIAS SUPLEMENTOS SERVICIOS CONTACTO QUIENES SOMOS
Portada  »  Tiempo de salud  »  Dudas sobre el recién nacido
2 de Octubre de 2012
Espacio para embarazadas
Dudas sobre el recién nacido
Compartir Compartir Imprimir
Suelen llorar sin lágrimas: es un hecho normal

Los pa­dres pri­me­ri­zos sue­len te­ner mu­chas du­das cuan­do co­mien­zan la con­vi­ven­cia con el re­cién na­ci­do. Por suer­te, la gran ma­yo­ría de las ve­ces no hay de qué preo­cu­par­se.

Du­ran­te los nue­ve me­ses de em­ba­ra­zo la em­ba­ra­za­da y el fu­tu­ro pa­pá se han pre­pa­ra­do pa­ra la lle­ga­da del be­bé: le­yen­do re­vis­tas, li­bros de crian­za, asis­tien­do a cla­ses pa­ra la pre­pa­ra­ción de la ma­ter­ni­dad y han apren­di­do de me­mo­ria las re­co­men­da­cio­nes del gi­ne­có­lo­go.
Pe­ro pa­ra la sor­pre­sa de los pa­pas el be­bé no es co­mo se lo ima­gi­na­ban, na­ce con la piel en­ro­je­ci­da, tie­ne pe­li­tos en las ore­jas, no es co­mo los be­bés que sa­len en los avi­sos pu­bli­ci­ta­rios. Ade­más, por si fue­ra po­co, tuer­ce los oji­tos, ha­ce ges­tos ra­ros, res­pi­ra de for­ma irre­gu­lar y no tie­ne las pier­nas de­re­chas.
Los pri­me­ros días, al mi­rar al be­bé, to­do pa­re­ce ra­ro, las du­das se mul­ti­pli­can e in­quie­tan a los pa­pás. Por suer­te, la ma­yo­ría de las ra­re­zas que los pa­dres ob­ser­van en el pe­que­ño son nor­ma­les. Aquí enu­me­ra­mos al­gu­nas de las más ha­bi­tua­les.
 
Le cues­ta de­ma­sia­do ha­cer ca­ca: si ha­ce­ rui­dos, ha­ce ges­tos ra­ros y se po­ne co­lo­ra­do, no se preo­cu­pen. Los mús­cu­los del be­bé no es­tán su­fi­cien­te­men­te ejer­ci­ta­dos (lo es­ta­rán a los tres me­ses de vi­da), ya que den­tro del úte­ro rea­li­zan po­cos mo­vi­mien­tos. Ade­más, la le­che, que es el úni­co ali­men­to que in­gie­ren, de­ja po­cos re­si­duos. Es con­ve­nien­te sa­ber que los be­bés que to­man­ ma­ma­de­ra sue­len ha­cer­ de­po­si­cio­nes­ más du­ras que los que ama­man­tan.
 
Re­gur­gi­ta la le­che: en oca­sio­nes, des­pués de co­mer o al eruc­tar, el be­bé de­ja es­ca­par un po­co de le­che. Es­to no es ma­lo y se de­be a la in­ma­du­rez de su sis­te­ma di­ges­ti­vo. Lo que sí con­vie­ne es dis­tin­guir la re­gur­gi­ta­ción del­ vó­mi­to, es­te úl­ti­mo es re­pen­ti­no y brus­co y el pe­que­ño pue­de lle­gar a vo­mi­tar to­da una to­ma en­te­ra. En es­tos ca­sos se de­be con­sul­tar con el pe­dia­tra.
 
Tuer­ce las pier­nas y los pies: tam­bién es fac­ti­ble que do­ble los pies ha­cia aden­tro. Den­tro del úte­ro de la ma­má hay po­co es­pa­cio, en­ton­ces pa­ra apro­ve­char­lo al má­xi­mo mien­tras va cre­cien­do, el pe­que­ño tie­ne que man­te­ner fle­xio­na­das las pier­nas, los pies do­bla­dos y la es­pal­da cón­ca­va. Es por eso que al na­cer tien­de a en­co­ger las ex­tre­mi­da­des. Lue­go de unos me­ses, sus ca­de­ras y mús­cu­los se ha­brán for­ta­le­ci­do y alar­ga­do y su tron­co y sus pier­nas es­ta­rán más es­ti­ra­dos.
 
Tie­ne las uñas de los pies en­car­na­das: sus uñas, so­bre to­do las de los de­dos gor­dos, se in­crus­tan en la car­ne y la piel de al­re­de­dor se po­ne ro­ja. Es­to su­ce­de con fre­cuen­cia en los be­bés, pe­ro no tie­ne im­por­tan­cia. Se pue­de com­pro­bar fá­cil­men­te, apre­tán­do­le el de­do del pie con sua­vi­dad; si la uña es­tá en­car­na­da, la cria­tu­ra en­co­ge­rá el de­do y se que­ja­rá y al po­co tiem­po si no se tra­ta, se in­fla­ma­rá y tam­bién pue­de in­fec­tar­se.
 
Po­ne los ojos biz­cos: el es­tra­bis­mo a­pa­ren­te en el re­cién na­ci­do se de­be a que to­da­vía no pue­de con­tro­lar los mús­cu­los de sus ojos y, a me­nu­do, le cues­ta man­te­ner­los en lí­nea cuan­do in­ten­ta en­fo­car los ob­je­tos y los ros­tros. Es­to se con­si­de­ra ra­ro si los ojos si­guen pa­re­cien­do biz­cos de ma­ne­ra per­ma­nen­te o pa­sa­dos los tres me­ses.
 
La piel es ra­ra y ade­más se le ven las ve­nas: el to­no tras­lu­ci­do que pre­sen­tan los be­bés re­cién na­ci­dos es de­bi­do a la in­ma­du­rez de su sis­te­ma cir­cu­la­to­rio y del me­ca­nis­mo que re­gu­la la tem­pe­ra­tu­ra de su cuer­po. A me­di­da que se va­yan per­fec­cio­nan­do am­bos, su piel ten­drá un co­lor más opa­co. El en­ro­je­ci­mien­to y las arru­gas son pa­sa­je­ros tam­bién y son con­se­cuen­cia de ha­ber es­ta­do nue­ve me­ses flo­tan­do en el lí­qui­do am­nió­ti­co.
 
Cuan­do llo­ra lo ha­ce sin lá­gri­mas: du­ran­te los pri­me­ros días las glán­du­las la­gri­ma­les pro­du­cen la can­ti­dad ne­ce­sa­ria pa­ra man­te­ner la hu­me­dad del ojo. Es­to es nor­mal y se co­rri­ge en po­cas se­ma­nas.
 
Tie­ne ve­llo en ca­si to­do el cuer­po: es­to es co­mún en al­gu­nos be­bés, es una pe­lu­si­ta que se lla­ma la­nu­go y, a ve­ces, tam­bién se en­cuen­tra en las ore­jas. Es más fre­cuen­te en los be­bés­ pre­ma­tu­ros­, pe­ro lue­go de unas se­ma­nas se va ca­yen­do has­ta de­sa­pa­re­cer.
 
Su res­pi­ra­ción es irre­gu­lar: es po­si­ble per­ci­bir pau­sas bre­ves en­tre una res­pi­ra­ción y la si­guien­te. Es­to se de­be a que sus pul­mo­nes son pe­que­ños y que su sis­te­ma neu­ro­ló­gi­co tie­ne que de­sa­rro­llar­se en su to­ta­li­dad. La res­pi­ra­ción va a tar­dar apro­xi­ma­da­men­te unos seis me­ses en ha­cer­se re­gu­lar.
 
Sus mo­vi­mien­tos no son coor­di­na­dos: des­pués de na­cer, las áreas ce­re­bra­les que es­tán más de­sa­rro­lla­das son las re­la­cio­na­das con los re­fle­jos y las fun­cio­nes or­gá­ni­cas fun­da­men­ta­les, co­mo el la­ti­do del co­ra­zón. Pe­ro el ce­re­be­lo, que se en­car­ga de coor­di­nar los mo­vi­mien­tos, no es­tá del to­do de­sa­rro­lla­do. No se le de­be dar mu­cha im­por­tan­cia ya que en unos me­ses va a coor­di­nar me­jor sus mo­vi­mien­tos.
 
Tie­ne ham­bre a ca­da ra­to: el be­bé ne­ce­si­ta co­mer con fre­cuen­cia ya que su es­tó­ma­go es de­ma­sia­do pe­que­ño. Lo me­jor es ali­men­tar­lo a de­man­da ya que es el úni­co mo­do de ase­gu­rar­se de que to­ma to­da la le­che que ne­ce­si­ta.
 
Sus ore­jas son blan­das y tie­nen fle­xi­bi­li­dad: no hay que alar­mar­se si son un po­co más flá­ci­das de lo nor­mal. El car­tí­la­go to­da­vía es in­ma­du­ro, pe­ro en al­gu­nas se­ma­nas va a em­pe­zar a en­du­re­cer­se y la ore­ja ad­qui­ri­rá una for­ma más es­té­ti­ca.
 
Tie­ne el om­bli­go so­bre­sa­li­do: los pri­me­ros días el om­bli­go pue­de pa­re­cer hin­cha­do o so­bre­sa­lir, pe­ro ge­ne­ral­men­te, cuan­do el­ cor­dón um­bi­li­cal­ se se­ca y cae (es­to ocu­rre en­tre una o dos se­ma­nas), el om­bli­go em­pie­za a te­ner un as­pec­to me­nos sa­lien­te.
 
Tie­ne pie pla­no: es nor­mal que lo pa­rez­ca ya que el ar­co de la plan­ta del pie se for­ma en­tre los cua­tro y seis años. Se­ría ra­ro si el pie ya tu­vie­ra ar­co, es­to se­ría sín­to­ma de un pro­ble­ma neu­ro­ló­gi­co o mus­cu­lar.
 
Tie­ne un bul­to en el pe­cho: lo que se lle­ga a to­car al fi­nal de las cos­ti­llas es el to­pe del es­ter­nón. En las cria­tu­ras es­te hue­so es­tá com­pues­to por tres seg­men­tos y, a ve­ces, se con­si­de­ra un bul­to, más si el pe­que­ño es del­ga­do. A me­di­da que pa­sa el tiem­po se va re­cu­brien­do de mús­cu­lo y gra­sa y va de­jan­do de ser per­cep­ti­ble.
 
Cuan­do es­tá dor­mi­do ha­ce mue­cas: los ges­tos que ha­ce mien­tras es­tá dur­mien­do se lla­man “son­ri­sa del sue­ño” y son co­mu­nes en los re­cién na­ci­dos. Son con­trac­cio­nes in­vo­lun­ta­rias que se ori­gi­nan cuan­do es­tá pro­fun­da­men­te dor­mi­do o cuan­do pa­sa de una fa­se de sue­ño a otra. No hay que ha­cer na­da por­que no tie­nen nin­gún sig­ni­fi­ca­do. Fuen­te: Cre­cer Jun­tos 
 
Cen­tro In­te­gral de Pre­pa­ra­ción pa­ra el Par­to
Pa­tri­cia Ro­drí­guez de Vo­da­no­vic
Lic. en Edu­ca­ción Fí­si­ca, Ki­ne­sio­lo­gía y Fi­sio­te­ra­pia
MP 5215 
ro­dri­guez­pa­tri­ciac@hot­mail­.com

Otras notas de la seccion Tiempo de salud
  • Diez preguntas acerca de cirugía de aumento de mamas
  • "Amamantar y trabajar ¡logremos que sea posible!"
  • Más del 60% de los argentinos padece de reflujo gastroesofágico
  • Jornadas de Salud Mental
  • Aumentan casos de verrugas genitales causadas por el virus del papiloma


  • Humor
    Noticias » Locales » Regionales » Policiales y Judiciales » Deportes » Culturales » Especiales » Opiniones
    Suplementos » Tiempo de Salud » Arquitectura » Horas Libres » Rural » Cultura » Viajes »
    Archivo formato anterior » 2001 » 2002 » 2003 » 2004 » 2005 » 2006 » 2007 » 2008
    Servicios » Fúnebres » Clima »
    REPORTÁ UNA NOTICIA

    Si tenés una noticia comunicate
    E-mail: lector.escribe@eldiariocba.com.ar
    Teléfono: 0353-4523976 (Redacción)
    PUBLICIDAD

    E-mail: publicidad@eldiariocba.com.ar
    Teléfono: 0353-4523976 (Publicidad)
    Celular: 0353-154199702
    NUESTROS DATOS

    El Diario del Centro del País es editado por la Cooperativa Comunicar en Periodistas Argentinos 466/474, ciudad de Villa María, República Argentina
    Teléfonos: 0353-4523976 y 0353-4613126
    E-mail: eldiario@eldiariocba.com.ar

    Copyright 2008-2024 Cooperativa Comunicar.   WfxGroup - Administracion de publicidad para sitios de alto trafico - Villa Maria - Cordoba WfxGroup - Diseño y programacion Web - Villa Maria - Cordoba