“Explotó y se sintió como un cohete”, dijo Valentín, el pequeño de seis años, nieto de María Villagra de Farinone, la propietaria de la vivienda que se vio afectada por la tormenta del viernes.
Aproximadamente a las 21.30, cuando llovía sobre la ciudad, la familia estaba sentada en torno a la mesa, mirando televisión. De pronto, un fogonazo ingresó por el techo, haciendo un agujero de proporciones. Inmediatamente, quedaron a oscuras.
“Nosotros tenemos una antena de esas viejas, de televisión. Parece que por ahí vino el rayo a nuestra casa”, explicó María, una empleada doméstica que lamenta porque todavía no sabe cómo va a reponer lo que perdió. “Se quemaron tres televisores, dos teléfonos, además de un mueble y toda la instalación eléctrica”, dijo.
“El martes, cuando cobre, tengo que pagar la primera cuota del televisor nuevo”, lamentó.
Nos muestra el frente de su casa, en la calle Urtubey al 600, cómo quedó todo quemado, el medidor de electricidad. “Vinieron los de EPEC y lo arreglaron. También estuvo gente ayudándome a arreglar la instalación eléctrica porque nos habíamos quedado sin luz”, dice.
Los vecinos vieron cómo el rayo ingresó por la antena, haciendo un haz de fuego por las riendas. “Mi hijo, que estaba con mis nietos mirando televisión, vio un fogonazo que entró a la casa y cómo explotaba todo en los lugares donde había cosas enchufadas”, dijo.
El daño más importante lo sufrió María, pero en la zona (en los barrios Nicolás Avellaneda y Botta) hubo pérdidas, especialmente, de artefactos eléctricos, como consecuencia del mismo fenómeno.
Silvia Pacheco, quien tiene un quiosco en el sector, relató que a ella se le quemó la computadora y otros artefactos. “Pero todos los que vinieron al quiosco contaron que sufrieron pérdidas de teléfonos, televisores y hasta de un portón eléctrico”.
Foto 2: Valentín muestra el sitio donde estaba enchufado un teléfono, recordando el susto que sufrió por el fuego que salía de la conexión