El clásico estuvo caliente y no por cuestiones de violencia, precisamente.
Es que los casi 37 grados de temperatura se padecieron bastante en el estadio municipal, sobre todo en la tribuna de cemento, donde la mayoría de los hinchas llegó con la camiseta puesta y terminaron con el torso desnudo o las remeras en la cabeza para no sufrir insolación.
Fue en ese momento cuando el debate se hizo fuerte sobre el horario del encuentro.
Es que durante la semana la dirigencia de Alumni hizo todo el esfuerzo para jugar más tarde, sin embargo, no tuvo el visto bueno de la Policía, que se mostró reacia a organizar el operativo por la noche, considerando el duelo contra Racing como "de alto riesgo".
Cerca de 110 efectivos policiales custodiaron el estadio y sus alrededores para finalmente decretar un saldo positivo, sin hechos de violencia, a pesar de que cerca de 700 cordobeses llegaron para alentar a la "academia".
Hubo sí algunas actitudes con falta de criterio, como no dejar pasar a la prensa radial con sus móviles para descargar los pesados equipos -como sucede habitualmente- sobre la esquina de Alem y San Juan.
De todas maneras, las preguntas en la "Placita" fueron repetitivas: "Si la Policía no puede organizar un operativo a la tardecita para 3.500 personas; ¿podrá Alumni alguna vez llegar a torneos más importantes?"
En ese sentido, los dirigentes también mostraron su malestar en zona de vestuarios, con frases como: "No nos pueden hacer jugar a este horario", encima justo cuando Gimnasia-Boca era televisado.
Pero el calor fue tan sofocante que, entre tanto insulto por la decisión del Consejo Federal (guiada por la falta de compromiso de la Policía local), los hinchas empezaron a tener otro destinatario: el poder municipal.
Es que, en un principio, el estadio tuvo agua en los baños, pero se acabó cerca del entretiempo, lo que recalentó más los ánimos en la tribuna de cemento.
Con el correr de los minutos hasta se acabó el hielo en el bufé, por lo que había que hidratarse bajo el sol con gaseosa caliente, aunque no menos caliente que la gente.