Paseando por el barrio de Nueva Córdoba, en la capital provincial, el viajero se cruzará tarde o temprano con la iglesia del Sagrado Corazón. Una joyita instalada en la intersección de calles Obispo Oro y Buenos Aires, que nunca deja de embelesarnos.
Conocida popularmente como iglesia de los Padres Capuchinos o simplemente como “Los Capuchinos”, esta fantástica construcción hace méritos para robarse tantos elogios.
La primera postal que arroja, la de su fachada majestuosa, ya alcanza para conquistar voluntades. El paseo por el interior no hará más que subirle el puntaje.
El templo, uno de los máximos íconos de la ciudad, es reconocido a nivel nacional como referente de la arquitectura neogótica.
Los porqués quedan claros al contemplar la obra desde afuera: una monumental estructura de formas angulosas, con muchas columnas y diferentes esculturas, tan a tono con este estilo arquitectónico.
Colaboran con el perfil la cantidad de arcos de los llamados “ojivales” (caracterizados por su verticalidad) situados a diferentes alturas, y el detalle de las terminaciones en general. Pero sobre todo, la torre de punta aguda de 53 metros de altura, que contrasta con su torre hermana, carente de remate.
Similares señas surgen en el interior, decorado de manera exquisita. La nave tiene grandes dimensiones, destacándose su bóveda y los frescos que decoran la misma. En muros y columnas hay pinturas y ornamentos que hacen mención a la vida de San Francisco de Asís, Patrono de la Orden de Los Capuchinos.
La iglesia se terminó de construir en 1934, tras ocho años de arduo trabajo. Fue diseñada y supervisada por Augusto Ferrari, reconocido arquitecto y artista, autor de otras varias obras de calibre en la provincia.
El Colegio Nuestra Señora de la Merced, la iglesia Nuestra Señora del Huerto, la iglesia San Francisco Solano (todas ubicadas en Córdoba capital) y la Capilla de Unquillo son algunas de ellas.
El misterio de la
torre trunca
Al admirar la impronta de Los Capuchinos, la duda del visitante surge automática: ¿por qué sólo una de las torres tiene punta? Existen varias teorías al respecto.
La explicación oficial dice que fue por deseo del propio Ferrari, quien así representó la metáfora de los estados del cuerpo y el alma. Uno muere (el cuerpo, la torre trunca) y la otra se eleva a los cielos (al alma, la torre completada).
Sin embargo, otras hipótesis nos hablan de argumentos bastante menos poéticos y mucho más polémicos. Una de ellas sostiene que la conclusión de la segunda torre fue suspendida tras la muerte de un obrero, que cayó al suelo desde las alturas del templo.
Otra, asegura que la susodicha estructura nunca se terminó para que la orden pudiera seguir recibiendo el dinero destinado a la construcción de la iglesia, fondos provenientes del Vaticano.
Historias que sirven para agregarle a esta maravilla un poco más de mística.