lovizna y frío. Entre los granos del café “la humedad” del domingo en Villa María se filtró el color y la alegría caribeña.
El fuego de las urnas venezolanas estuvo presente en las mesas de los principales referentes del justicialismo de la Villa.
Hubo café frío y ceniceros llenos en la tensa espera de los resultados.
Los militantes y dirigentes del PJ comandado por Gerardo Russo esperaban con ansias conocer los guarismos que podían marcar la continuidad o el final de la revolución bolivariana.
Mientras los medios tiraban datos sobre la alta participación de la gente y la fiesta de la democracia, Russo precisó que tenían mucha expectativa en una nueva victoria de Hugo Chávez.
Gran expectativa. Es que para el peronismo que apoya el modelo de la presidenta Cristina de Kirchner, la victoria de Chávez era fundamental para seguir consolidando el proceso que se está desarrollando en América Latina.
Con Russo hablamos antes de saber quiénes serían los vencedores y quiénes los vencidos.
“Una derrota de Chávez puede significar un retroceso para la región”, dijo el dirigente.
Cuando Chávez inició la revolución bolivariana y su visión del socialismo del Siglo XXI, allá por 1999, una nueva llama se encendió en ese sur que pugnaba por existir.
“Chávez fue una punta de lanza, junto con Evo”, remarcó Russo en charla con quien escribe, mientras despuntaban en las redes sociales contradictorias bocas de urna.
Y así girando la cuchara de un café entre la humedad, llovizna y frío dialogamos con el hombre del peronismo villamariense.
Poco importaba en la tarde de domingo los resultados deportivos. Importaba demasiado la voz de las urnas del mayor exportador de petróleo de nuestra América.
“Capriles representa el conjunto de las fuerzas conservadoras. Chávez es el iniciador de este proceso de inclusión de los excluidos que se extendió en Bolivia, Ecuador, Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay...”
De pronto, detrás del vidrio de algún bar asomó la figura de Fernando Lugo y su destitución.
“Con Paraguay tuvimos un retroceso, la presencia de bases de Estados Unidos que antes (con Lugo) estaba en discusión, hoy ya no está en discusión”.
Sí. Para el peronismo de esta orilla del Ctalamochita, el veredicto de las urnas venezolanas es demasiado importante para no estar esperando con expectativas el final del escrutinio.
De cualquier manera y a pesar de los fuertes deseos de un festejo, Russo tiró otra frase interesante: “Más allá de los resultados, no debemos considerar que puedan extrapolarse a nuestros países.
Pueden marcar una tendencia, pero los procesos van a seguir”.
La Unasur, el Mercosur, el sueño de la América libre de San Martín y Bolívar se mezclaron en el domingo de octubre a miles de kilómetros del país que concurrió a las urnas con toda la pasión que significa la democracia.
Más allá de los resultados (ver página 18), la jornada tuvo el fuego de los pueblos que están dispuestos a ser artífices de sus destinos.