El camarista René Gandarillas comenzó a juzgar ayer a un hombre que a fines de abril de 2011 le asestó una puñalada mortal a su pareja, en el marco de una violenta discusión y posterior pelea registrada en una vivienda de barrio Mariano Moreno.
Daniel José Chillón, de 37 años de edad, está imputado como supuesto autor del delito de “homicidio simple” que tuvo como víctima a Rosana Canelo, de 39, con quien mantenía una relación sentimental desde mediados de febrero del año pasado.
Chillón, empleado de una cooperativa láctea de esta ciudad, reconoció haberle provocado la herida que cinco días después le ocasionó la muerte a su concubina, cuando se hallaba internada en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Regional Pasteur.
Sin embargo, el femicida dijo en su descargo que se defendió de un ataque de la mujer, en medio de una riña producida en el interior de la vivienda que ambos ocupaban, en calle Lanín 246.
Al declarar en la sala de audiencia de la Cámara del Crimen, Chillón relató que el trágico incidente se inició poco después de la 1 de la madrugada de aquel viernes, en momentos en que se encontraba acostado, dispuesto para dormir. Según el acusado, Canelo empezó a gritar por cuestiones de pareja y poco después puso música a alto volumen, lo que le fue recriminado por su concubino.
La discusión fue subiendo de tono hasta que en un determinado momento Chillón le arrojó una silla. Esto encolerizó a Canelo, quien se abalanzó sobre el agresor armada con un cuchillo. El no se quedó atrás y empuñó una cuchilla de cocina, supuestamente para defenderse.
Siempre de acuerdo a la versión del homicida, en esas circunstancias la mujer recibió una herida punzocortante en la región abdominal, tras lo cual salió de la casa en busca de ayuda. Malherida, caminó algo más de una cuadra y se desplomó en la esquina de 12 de Octubre y Providencia, donde minutos después fue auxiliada por policías y bomberos.
El propio Chillón fue quien llamó a la Guardia del Cuerpo de Bomberos Voluntarios para solicitar la ayuda de los servidores públicos, quienes a su vez dieron aviso al Comando de Acción Preventiva a la 1.35 de aquel 29 de abril.
De inmediato, una comisión policial acudió al lugar del hecho y encontró a Canelo tirada en la calle, en la citada esquina. Desde allí, la mujer fue trasladada con la premura del caso hasta el Hospital Pasteur, donde fue intervenida quirúrgicamente y quedó internada en grave estado.
Su deceso se produjo el miércoles 4 de mayo, a la 1.30 de la madrugada, es decir exactamente cinco días después de la letal puñalada abdominal. Durante ese lapso no pudo declarar ante la autoridad judicial porque siempre permaneció en estado de coma farmacológico debido al delicado cuadro que presentaba.
Esa circunstancia impidió conocer su versión de los hechos. Peor aún, no existen en la causa testigos presenciales del crimen que abonen o desmientan la posición de Chillón, quien aduce que se defendió de un ataque de Canelo.
Para hoy está previsto que declaren sólo tres testigos: un policía, un bombero y la hermana de la víctima.
Si no se produce ningún incidente jurídico que demore la continuidad del proceso, es muy probable que hoy mismo formulen sus alegatos el fiscal de Cámara, Francisco Márquez, y la abogada defensora, Karina Bruno.
Seguramente el titular del Ministerio Público mantendrá la acusación y pedirá la condena de Chillón por “homicidio simple” (cuya pena mínima es de ocho años de prisión), mientras que Bruno habrá de plantear que se trató de un caso de “legítima defensa” o cuanto mucho que hubo un “exceso” en dicho proceder. Pasado el mediodía podría haber sentencia.
Chillón es oriundo de Hernando (17 de noviembre de 1973), mientras que Canelo había nacido el 15 de octubre de 1971 en Marcos Juárez.