(enviado especial de
EL DIARIO)
Mendoza es una de las provincias más hermosa del país. Tiene imponencia de paisajes, la mejor compañía del sol y esa tierra mágica donde el vino se hace verdadera sangre de Cristo.
Sin embargo, dicen que el propio Dios atiende en Capital (Federal) y esa frase hecha se prolongó en el tiempo para los mendocinos a la hora de sentirse parte de la pasión que genera el seleccionado argentino.
La injusticia de quienes cocinan dónde deben jugar Messi y compañía postergó demasiado a Mendoza, mientras ciudades como Rosario y Santa Fe, ambas de la misma provincia, encontraban más posibilidades.
Llamaba la atención por qué no la tierra cuyana, habida cuenta de que más allá de paisajes y bondades, se caracterizó siempre por atender al foráneo como corresponde, con una oferta gastronómica y hotelera que supera a muchos.
El “alojamiento” de un partido de tamaña magnitud como el de esta noche, también responde a las exigencias: el Estadio mundialista Malvinas Argentinas, con capacidad para más de 40 mil espectadores, está enclavado en uno de los parques nacionales más formidables, el San Martín, donde miles de turistas alimentan sus pulmones con el mejor aire y miles de habitantes del lugar practican deporte, desde pedestrismo, ciclismo y otras tantas disciplinas. Allí se disputó el Mundial 78, sin presencia de camiseta albiceleste. Y también hubo partido de Copa América 2011, donde los desairados locales debían conformarse con asistir a la cancha para ver a Chile o Uruguay, no así a la por entonces formación del “Checho” Batista, que jugó dos veces en la cancha de Colón.
La espera fue larga para los mendocinos y por eso reventaron las boleterías para el clásico de hoy. Por una vez en la vida, después de tanto tiempo, podrán alentar a su selección como lo hacen con sus respectivos equipos, los mismos que provocaron un sentir popular muy grande.
Es que, lejos de lo que muchos no saben, el mendocino es futbolero de ley, así sea para seguir al club más encumbrado o sostener la ilusión de progreso de su equipo de pueblo. Y si existe un punto de medición para respaldar esa consigna, está la muestra de quienes representan a la provincia en el fútbol nacional: Godoy Cruz (en Primera División), Independiente Rivadavia (puntero de la B Nacional), Deportivo Maipú (en Argentino A) y ocho clubes en el Argentino B: Andes Talleres, Gutiérrez, Guaymallén, Huracán de San Rafael, Huracán Las Heras, San Martín, Gimnasia y Pacífico.
El “Tomba” tiene una característica muy particular: no cuenta con cancha propia para jugar en Primera División, pero acuna desde hace tiempo un estilo interesante de jugar a la pelota, un estilo que respetó Diego Cocca, el “Polilla” Da Silva y el “Turco” Asad, aun sabiendo que debe pelear contra poderosos y que sus figuras (antes Ramírez, luego Sánchez, Aguirre, Figueroa, Rojas, Borghello, entre otros) asoman como insostenibles para un proyecto a largo plazo. Pero la idea de buen fútbol se impone en tierra mendocina, entonces no hay mejor reconocimiento que darle alguna vez la posibilidad de tener ante sus ojos a Messi, Agüero, Hugaín y Di María. De paso, se le hace sentir a Uruguay que deberá cruzar más que un río para ganar el clásico.