Escribe:
Dr. Víctor Scocozza

La crisis significa inestabilidad, temor, miedo, parálisis, etcétera. Siempre las crisis, como tales, tienen dos caminos: el del desastre total y el de la oportunidad de cambio.Propuestas estas dos definiciones, convengamos que hay que tomar la crisis como oportunidad de cambio.
Ya vimos que la crisis no se resolvió con una inyección de dinero muy importante por parte del Gobierno de los EE.UU. y otro aporte que hicieron los miembros de la Unión Europea. La crisis siguió, eso significa que no era falta de dinero.
Por el contrario, creo que sobra dinero; lo que ocurre es que se agotó el modelo del capitalismo financiero que tiene, hoy por hoy, consecuencias catastróficas sobre la distribución de las riquezas y asimetrías entre los distintos sectores sociales y económicos de cada país y de la aldea global.
Creo se terminó el casino del dinero internacional. El mundo financiero quebró porque ya nadie confía en él y no lo logran sacar de la crisis porque las medidas adoptadas no son las que, a mi criterio, las necesarias.
A mi juicio, para salir de la crisis hay que cambiar el modelo, si bien no soy de la idea que los Estados manejen de nuevo la economía, sino que al menos la regulen. Eso está pasando: el mundo de la economía y las finanzas no tiene Estados que la regulen; sólo apuestan que el capital se autorregule, y eso ya no va más.
Hay que lograr que los Estados regulen las economías internas y, por acuerdos, las economías entre países y continentes.
Una pregunta me hago: ¿a quién se le ocurre invertir y producir, si el dinero puesto en una mesa da más rentabilidad que asumiendo riesgos de tener más empleados para producir más y vender más? Si yo tuviese dinero no haría eso; me dedicaría a las finanzas, que si bien tienen riesgos, al menos no tendré conflictos con terceros.
Mi opinión es que ya no podemos volver al Estado que maneje el capital y la fuerza de trabajo para poder manejar las economías. Pero al menos debemos apostar a que los Estados regulen las economías.
De esta crisis solamente salimos si tenemos conceptos básicos:
- Expansión de la demanda.
- Incremento de gasto público.
- Incremento de los salarios.
- Reducción del precio del dinero.
En cierta medida estoy de acuerdo con algunas de las medidas que se quieren implementar en nuestro país, pero de verdad sólo son superficiales. Seguramente saben cuáles son las soluciones, pero temen tomarlas.
Argentina no tiene peso internacional para ser el líder en estas cuestiones, donde el poder es clave; pero deberían gestarse reuniones de países y líderes de países de América del Sur para intentar salir “de verdad” de la crisis.
¿No se le ocurriría al Gobierno regular el mercado del dinero, apostando a reactivar las bancas provinciales y a tener el manejo del dinero? Ya nos hicieron privatizar casi todos los bancos provinciales en su momento. Pues creo que ahora es el momento de ponerlos de pie y hacerlos caminar.
Está muy bueno incrementar el gasto público con la proyección de obras y de disminuir o estimular a los que producen para que tomen más empleados y blanqueen a los que tienen sin declarar. Pero no es suficiente.
Me sigo preguntando: si yo tuviera dinero, ¿para qué quiero producir si eso me significará más conflictos con terceros?
Es inexorable que debo manejar las tasas de interés y los créditos para que a nadie se le ocurra seguir apostando al casino financiero mundial o local.
Son interesantes las medidas tomadas por el Gobierno, pero a mi juicio son superficiales y no saldremos de la crisis mundial ni tendremos oportunidad de ser líderes del cambio. Por supuesto que, para serlo, debemos ser líderes en Sudamérica al menos, y estamos lejos de eso porque somos una sociedad corrupta en general y, por ende, también lo son nuestros gobernantes. No tenemos perfil de líderes.
Ojalá esto dure poco, pero somos demasiado pequeños en el tiempo. Tal vez dure algunos años, no sé cuántos, pero hasta que no se cambie el modelo de fondo, sólo serán medidas paliativas y, mientras tanto, la clase media seguirá padeciendo las consecuencias. A costa de ello los ricos continuarán creciendo. Por supuesto que los pobres lo seguirán siendo; ya son tantas las necesidades insatisfechas, que nunca podrán alcanzar, al menos, cubrir sus necesidades básicas, cada vez más lejos.
Pueda ser que los iluminados sean escuchados y que el movimiento de personas o grupo de personas reclamen hasta formar opiniones que sean vistas por los que gobiernan este país y por los que manejan el mundo.
No es fácil, tampoco imposible.

PD: agradezco a EL DIARIO que me permite publicar esta pequeña reflexión y espero que los miembros de nuestra comunidad opinen sobre estos temas usando este medio para informarnos más y opinar. De última, quiero informarme para formarme.