Malvina se llama una de sus hijas, pero el comedor y copa de leche que lleva adelante se llama “Malvinas” en homenaje a su marido, Héctor Ledesma, ex combatiente en las Islas.
Sandra Quevedo es una mamá de barrio Las Acacias que decidió abrir, en agosto pasado, este lugar para darle de comer y contener a niños y adolescentes de este sector.
Ayer, cuando concluía el almuerzo al que asistieron 28 pequeños, dialogó con EL DIARIO y expresó su malestar por la actitud policial. “Son chicos que han tenido problemas, pero que buscan salir de eso. Quieren trabajar, tener su propia moto, sus zapatillas, su ropa, pero llegan a la ruta y si los ve la Policía utiliza el Código de Faltas para tenerlos 72 horas presos. La Justicia no entiende que la gente puede cambiar. Y doy prueba de que cambian, lo sé porque los conozco”, declaró. En similar sentido se había pronunciado en un vídeo que le realizó un grupo de jóvenes estudiantes de Diseño.
Inicialmente, según contó, querían abrir un centro de contención para adolescentes con problemas de adicciones, pero ese proyecto se pinchó por falta de apoyo municipal, de acuerdo a sus palabras. Sin embargo, el Gobierno dio otra versión (ver al final).
“Me dio mucha lástima que no se pudiera llevar a cabo, porque venían 13 chicos que querían salir de las adicciones, a todas las reuniones. Querían realizar un emprendimiento. La gente del municipio nos hizo firmar varios papeles, nos prometió hornos y demás, pero no nos dio más que dos ollas y una cocina, que yo ya tengo y que no sirve para hacer pizzas en cantidad”, aseguró.
Abortado ese plan, entonces habilitó un comedor, que funciona los sábados, y una copa de leche para la merienda de lunes a viernes.
“Hay sábados que vienen 43 chicos a comer. Hay varios grupos de hermanos: de 11, 7, 6, 8 hermanos”, especificó. A su lado la escucharon atentamente cinco pequeños que permanecían, tras haber degustado pizzas.
¿Cómo se sostiene? “De nuestros bolsillos, del dinero de mis hijos, de mi hermana que es empleada del Sanatorio Cruz Azul (Sonia), de la gente que trabaja en esa clínica. Sonia me ayuda a vender pastafloras. Y tenemos a María Luisa, una mujer que colabora siempre de una manera increíble. No hace falta ni convocarla para que venga, viene sola, con toda su solidaridad. No quiere que digamos el apellido. Ella siempre trae algo. Le estamos muy agradecidas, como también a Mirta, la peluquera”, señaló.
El viernes a la noche, María Luisa llegó hasta el lugar y les dio lo necesario para hacer un guiso de fideos, “pero como también me trajeron pizzas y no quería que aparezcan hongos las usamos hoy”. “Hay niños que nos golpean la puerta otros días de la semana porque quieren comer”, apuntó afligida.
También hay una panadería que les brinda facturas y bizcochos.
Sandra siente orgullo por todos los pequeños que concurren aquí. “Entre todos han limpiado el sitio baldío para jugar al fútbol; nos regalaron el arco y quedó muy lindo, pese a que la Municipalidad tardó dos meses y 10 días en venir a recoger la basura que sacaron”, indicó.
Está claro que está desilusionada de la comuna, porque ahí nomás recuerda que “el centro de contención iba a llamarse ‘19 de Abril’ porque fue la fecha en que los chicos reunidos se hicieron cargo del problema que estaban atravesando; era un despertar. Lamentablemente no se hizo nada y hoy hay tres de ellos que están privados de su libertad”.
“Ellos me atraen mucho. La Justicia no cree que pueden cambiar, nosotros sí. Cuando los condenan descreen en el cambio. Les pido que los dejen trabajar, que les den oportunidades, que los dejen ir libremente a tomar un helado. Son excelentes, me ayudan y son predispuestos. Yo les dejo hasta la casa para que la cuiden y les aseguro que no me falta nada. Apuesto a ellos”, concluyó.
Para colaborar: Abedules 358, barrio Las Acacias.
No sólo necesitan comida; los niños pidieron a este diario calzados. Uno de ellos quiere que les enseñen dibujo o artesanías. Sandra pidió que alguna peluquera les corte el cabello porque no tienen plata para hacerlo.
Qué dijo la Municipalidad. Ante la consulta de este medio, aseguraron que en el segundo trimestre del año les dieron materiales de construcción, una cocina industrial e insumos para la fabricación de prepizzas y alfajores y precisaron que se hicieron charlas de asesoramiento con personal de Microemprendimiento.