Los vaivenes de Alumni resultan inexplicables para muchos.
El equipo suma de visitante, en escenarios sumamente complicados, pero hierve de bronca a su gente de local, con derrotas increíbles.
Es por ello que muchos intentan buscar un diagnóstico para encontrar luego la solución. Y uno de ellos fue el central Ignacio Amarilla, quien puntualizó: “Somos los primeros preocupados por esto”.
“Otra vez nos vamos con las manos vacías, en otro partido raro, donde nos quedamos sin ideas, no supimos buscar el triunfo”, remarcó el uruguayo.
“Ellos se encontraron con un gol y nosotros no creamos situaciones, se metieron bien atrás y esta cancha, que es chica, nos complicó”, continuó el defensor.
Después del comentario, Amarilla pasó a buscar una explicación sobre por qué Alumni no suma en Plaza Ocampo y sí lo hace fuera de casa, cuando va de punto.
“En Tucumán, por ejemplo, salió un partido donde nos sentimos más cómodos porque parece que de visitante manejamos mejor los tiempos; el rival que juega de local sale a buscar y sabemos aprovechar los espacios”, indicó. Y agregó: “Acá tenemos que salir a buscar, el rival te espera bien parado atrás y no sabemos ganarle”.
“Esto se viene repitiendo, pero esta vez no encontramos ideas para convertir; en el partido pasado que jugamos de local tuvimos seis o siete situaciones de gol, esta vez todo lo contrario, además, ellos se encontraron con un gol que nos mató a todos”, reflexionó.
Por último, remarcó que “esto es para preocuparse, se necesita ganar de local, sacar puntos, así que los primeros preocupados somos nosotros”.
Por su parte, el mediocampista Ariel Mascambroni también contó que Alumni “no encontró los espacios”.
“En la mitad de la cancha primero nos costó, después manejamos la pelota, pero ni siquiera pudimos dejar mano a mano a los delanteros, salió un partido muy feo y no nos favoreció el pasto, que estaba muy alto”, contó Mascambroni.
Precisamente, el estado del campo de juego fue un tema de debate desde la previa del partido, cuando todos empezaron a ver de reojo que podía complicar.
Los empleados municipales, al ser consultados por qué no se cortó el césped, recordaron que esa tarea le corresponde a una empresa privada que está a cargo del mantenimiento del piso.
Al parecer, la empresa, que está a cargo de Otto Wester, no tomó recaudos en ese sentido y la cancha “fue un desastre”, según reveló luego Mascambroni.