Tres nuevos testigos comparecieron ayer en la tercera audiencia del juicio que se le sigue a Daniel José Chillón (37) por la muerte de su pareja Rosana Canelo (39), ocurrido el 29 de abril de 2011 en barrio Mariano Moreno.
Sólo tres de las cinco personas citadas el viernes comparecieron ante la Cámara del Crimen, y las dos que no pudieron concurrir prestarán hoy declaración junto a otros cinco testigos requeridos tanto por el fiscal de Cámara, Francisco Márquez, como por la abogada defensora, Karina Bruno.
Se trata de la médica Sandra Gil y del bombero voluntario Gabriel Giménez, quienes la madrugada del sangriento episodio auxiliaron a Canelo en la esquina de 12 de Octubre y Providencia, es decir a una cuadra y media de la escena del crimen.
También fueron convocados el médico forense Gustavo Rodríguez, el médico policial Facundo Pérez y el policía Jorge Oscar Pereyra, a los que se sumarán una ex pareja del acusado, Gladys Mabel Ascua, y el inquilino de uno de los departamentos ubicados en Lanín 246, Ezequiel Bustamante.
Durante la víspera, en tanto, comparecieron los propietarios del citado completo habitacional, Adrián Verderone Vargas y Norma Delia Molina, y el conocido comerciante discográfico Daniel Romero, amigo de la familia Canelo.
En primera instancia declaró Molina, quien junto a su pareja viven en el primero de los cuatro departamentos situados en calle Lanín.
La mujer ya había testimoniado durante la instrucción de la causa y, entre otras expresiones, dijo que cuando visitó a Chillón en la cárcel, él le contó “su” versión de los hechos, de manera coincidente con lo que declaró el jueves al iniciarse el juicio oral.
Según señaló la testigo, el autor material de la puñalada que terminó costándole la vida a Canelo le dijo que aquella madrugada del 29 de abril la pareja discutió luego que la mujer, muy exaltada, lo despertara minutos antes de la 1.30.
Al relatar lo que le había dicho Chillón, Molina refirió que Canelo puso fuerte la música y comenzó a insultarlo, hasta que tomó un cuchillo y lo enfrentó. En esas circunstancias, el acusado le arrojó una silla y luego empuñó una cuchilla de cocina con la cual la hirió gravemente en el abdomen.
La copropietaria de los departamentos dijo también que ni ella ni su concubino escucharon gritos al momento de producirse la feroz pelea, aunque advirtió que viven en el primer departamento, mientras que Chillón y Canelo ocupaban el tercero.
Verderone declaró de manera similar y coincidió con su compañera al expresar que no escucharon nada que diera cuenta del incidente.
El último testigo fue Romero, quien no aportó datos de mayor relevancia. Dijo ser amigo de la familia de la víctima, pero nada conocía del episodio que terminó con la vida de Rosana.
El presidente del tribunal, René Gandarillas, acordó con las partes realizar una inspección judicial al complejo habitacional de Lanín 246, medida procesal que se cumplirá mañana.