Me pregunto, ¿cómo comienzo esta nota? ¿Defendiendo a mi querido sobrino, casi hijo? No, no tengo que defenderlo de nada... mi corazón de madre me lo dice, estoy segura.
Tengo cuatro hijas: Lucía, Patricia, Flavia y Cecilia; ningún varón. Pero con mi esposo Rubén Bonangelino, que todo el mundo conocía, decíamos que Fabián era el varón que Dios -sabrá por qué- no nos mandó.
¿Cómo puedo quedarme callada escuchando y leyendo las atrocidades que se dicen de él? Siento vergüenza ajena, me repugna y me llenan de tristeza tantas injusticias.
Se crió al lado de mis hijas... todos los primos se juntaban en la casa de mi madre a jugar. Como ellas no tenían hermano, él las cuidaba, las amaba y las respetaba, como le enseñaron a respetar y amar a Dios, quien en este momento es el único que sabe todo y puede juzgarlo, y es quien más importa.
La conciencia, que es la noción de lo justo, y la moralidad de todo ser humano, está limpia en Fabián Sigifredo. De eso estoy segura, como espero lo estén los jueces en este juicio que, gracias a Dios, se ha logrado.
Elba Nonis de Bonangelino
DNI 3298654
Nota de la Redacción: Fabián Sigifredo será juzgado por la Cámara del Crimen de Villa María el 12 del corriente (el viernes próximo), acusado como presunto autor de “abuso sexual simple” en perjuicio de una nena de 3 años y medio.
Otras notas de la seccion Opiniones
Escriben los lectores
Escriben los lectores
Una historia, entre tantas
Los lectores también escriben
Lamentable
|