Es feriado en Chile, salimos a la calle y los pocos habitantes que quedan en Santiago hablan sobre el partido, aventuran resultados, hacen formaciones y elevan plegarias.
Caminamos por plaza de Armas y frente a la Catedral, con lentes oscuros y peluca rubia, divisamos a Claudio Borghi de rodillas, sosteniendo dos velas negras encedidas, una en cada mano y murmurando un ritual mapuche. Nos acercamos para hacerle una nota y nos dice que no es cierto que su futuro dependa de este partido, que lo que está en juego es el resto de su vida. Nos dice también que lo llamó varias veces Marcelo Tinelli y según nuestras fuentes en Buenos Aires, es muy cierto: Borghi sería número puesto para el Bailando 2013.
Dejamos al Bichi y nos dirigimos hacia la Alameda, donde hay varias manifestaciones, un grupo de estudiantes reclama ¡Educación gratuita y tres delanteros netos!, manifestantes de la extrema izquierda vociferan ¡Que se vayan todos menos el aguatero! y otro grupo que no identificamos proclama ¡Que vuelva Bielsa! Y en ese preciso instante aparece Piñera y les retruca: “Nada es gratis en este mundo, alguien tiene que pagarlo”. Nos preguntamos si ante tanto tumulto vendrá la represión de los carabineros, pero alguien nos tranquiliza diciéndonos que están todos abocados a la búsqueda de Borghi. Nos vamos a buscar las credenciales y nos preparamos para nuestra última entrega, que será desde el estadio Nacional.