Una práctica que debería ser habitual y periódica, es poco entendida y aceptada por los pacientes en general, los que escuchan las dificultades que se producen varias horas después del estudio, por la visión un poco borrosa, sin reparar en los beneficios que este simple estudio nos brinda permitiéndonos conocer el estado de salud ocular, y el diagnóstico y seguimiento de enfermedades específicas del nervio óptico y la retina, neurológicas y sistémicas.
Con la oftalmoscopía examinamos el segmento posterior del ojo, y es realizada con un instrumento llamado oftalmoscopio. El segmento posterior del ojo también se puede ver con la lámpara de hendidura si se usan lentes especiales. Este examen puede realizarse con las pupilas del paciente dilatadas farmacológicamente, por lo que debe hacerse después del examen pupilar. Se utilizan luces brillantes, por lo que debe hacerse también después de realizar un control de la agudeza visual, ya que la luz intensa puede causar pérdida transitoria de visión por posimágenes y blanqueamiento retiniano.
El examen del segmento posterior del ojo requiere bastante habilidad y experiencia, desde conocer los secretos de los distintos aparatos de que disponemos para este estudio, como en la descripción de todo elemento constitutivo del segmento, como así también de los signos que muchas patologías pueden dejar como marca en este segmento. El término "fondo de ojo" designa la superficie interna de la parte posterior del globo ocular y sus estructuras, el nervio óptico, la retina, el epitelio pigmentario, la coroides y la esclera.
No sólo para los oftalmólogos es necesario un examen periódico de retina de sus pacientes. Enfermedades sistémicas pueden hacer aparecer signos tempranos en la retina (diabetes), y cuando la enfermedad ya se encuentra instalada como tal (hipertensión arterial) y requiere de un control de su evolución. Estos y muchos más ejemplos hacen de este estudio una práctica rutinaria, que nos permite no sólo hacer diagnóstico sino seguimiento de las mismas, como en el glaucoma.
En este siglo, en el que la prevención es una de las armas para mantener una expectativa de vida favorable, el examen del polo posterior del ojo debe ser una práctica de rutina. Solicitada por otros especialistas o por oftalmólogos, aporta datos de significación, siendo un estudio no invasivo y a realizar en pocos minutos.
Dr. Raúl Eloy Baigorrí
Centro Privado de Oftalmología