Corrían las primeras horas del pasado lunes 15 de octubre cuando Pablo Cena se dirigió hacia la boletería Nº 29 de la Terminal de Omnibus de Villa María, más precisamente de la Empresa Plus Ultra SA, dispuesto a abordar el servicio directo hacia la ciudad de Córdoba de las 7, a fin de asistir a la facultad donde cursa semanalmente sus estudios, con un examen parcial previsto para las 10.30.
“Luego de obtener mi pasaje y esperar la llegada del coche Nº 1.011, que arribó a plataforma con 15 minutos de demora aproximadamente, partimos rumbo a la capital cordobesa por la autopista, cuando a la altura de la localidad de Manfredi el micro se detuvo intempestivamente, haciendo escala definitiva en la banquina”, señaló el estudiante.
Allí comenzó la odisea para todos los pasajeros, es que a la espera de un coche refuerzo, y habiendo realizado Cena la correspondiente denuncia ante el Ente Regulador de Servicios Públicos (ERSEP), mientras asistieron al lugar personal de la Policía Caminera y de Seguridad Vial, ningún otro micro de la empresa se hizo presente.
El coche, según comentaban los pasajeros, se quedó sin gasoil, además de que los pisos estaban sucios con barro y la lluvia se colaba por la ventana de emergencia del techo.
Ante esta situación, el pasajero además agregó a su relato: “Algunos indignados, otros resignados; algunos dentro del vehículo, otros afuera descargando equipaje, haciendo dedo a la vera de la autopista, llamando a familiares o justificando la irrazonable demora por teléfono en sus ocupaciones de destino. Una mañana perdida, con las consecuencias personales y económicas que acarreó a sesenta pasajeros aproximadamente el obrar manifiestamente negligente, irresponsable, antijurídico y, peor aún, habitual, desplegado por Plus Ultra, tanto antes de partir al no cumplir con su deber de transportista de poner la unidad en perfectas condiciones de funcionamiento, como también durante y después del lamentable episodio, ya que permanecimos allí más de dos horas, el tiempo equivalente al recorrido completo, de plataforma a plataforma, pero encontrándonos a 55 km de la capital y con una hora y media de viaje encima, sin explicaciones ni disculpas de ningún tipo. Jamás nos fue puesto a disposición el Libro de Quejas correspondiente ni se ofreció la empresa a reintegrar importe alguno de pasajes ni a compensar a los pasajeros de alguna manera, económicamente o en especie”, manifestó.
Solucionado el “inconveniente técnico”, los pasajeros hicieron trasbordo en el coche Nº 1.320, de la misma empresa, para arribar a plataforma de la Terminal de Córdoba a las 11.40 horas, o sea casi cinco horas fueron las que tardó el micro en arribar a Córdoba, en un servicio directo por autopista.
Para completar una jornada repleta de complicaciones, Pablo Cena volvió a sufrir complicaciones, con la misma empresa en su viaje de retorno, que el mismo relató de la siguiente manera: “Para completar la desventurada jornada, me dispuse a viajar de regreso de Córdoba hacia Villa María, en el servicio expreso de las 19.15 de la Empresa Plus Ultra, coche Nº 1.029. Durante el viaje pude advertir que el micro demoró más de lo habitual en las paradas de Oncativo y Oliva, y efectuó una breve escala en la localidad de Tío Pujio (parada no autorizada para el servicio expreso). Como era de esperar, viajábamos con algún desperfecto: entrando a la ciudad de Villa María, el chofer realizó una nueva maniobra no autorizada conduciendo el vehículo con la totalidad de los pasajeros a bordo a un taller-galpón de la empresa. Nos dijo amablemente ‘bajamos para cambiar de coche, porque estamos sin luces traseras. Cambiamos de coche para llegar tranquilos’. Así fue como abordamos el coche Nº 1.026, para arribar a plataforma a las 22.10, es decir, con media hora de demora aproximadamente”, concluyó.