Faustino es un pequeño villamariense que se encuentra internado en la capital provincial a la espera de un trasplante de médula, hecho del que ya ha dado cuenta EL DIARIO. Desde la ONG Soles han solicitado en más de una ocasión ayuda para este niño.
Desde allí indicaron que quien pueda hacerse el estudio de compatibilidad para ayudar al nene o a otra persona que necesita un trasplante debe llenar un formulario en Córdoba, se le extrae sangre y ya queda anotado en el Banco Mundial de Donantes de Médula Osea. Así, un villamariense que quiera sumarse a la posibilidad de salvar una vida en cualquier lugar del mundo, tiene que viajar a Córdoba ya que acá no hay lugares. Entonces debe concurrir al Hospital Privado de Córdoba, al Banco Central de Sangre en el viejo San Roque o a la Fundación Banco Central de Sangre.
Este matutino abordó al conocido médico hematólogo Gustavo Gómez cuando se retiraba de la Universidad Nacional de Villa María para hablar del tema.
Lo primero que explicó el profesional de la salud fue que la donación de médula tiene dos opciones. Una es el autotrasplante, es decir cuando del mismo enfermo se saca médula y se vuelve a refundir en el paciente. Y la otra es recibir médula de otra persona.
“El problema es que hay que tener la infraestructura y la aparatología para hacerlo”, indicó el médico a la hora de hablar de por qué no es posible en esta ciudad.
“El paciente está acondicionado en los centros para un tratamiento especial para que pueda recibir la médula. Por eso cada centro de salud hace un aporte de tecnología. Además, hay una cuestión administrativa también, porque tiene que estar inscripto en el Incucai, por lo que entran en juego las normas del mismo”, señaló.
Por eso, precisó que los villamarienses “pueden ser donantes, pero para extraer la médula” hay que ir a otras localidades.
“En realidad, hay que concurrir a los establecimientos en que se extrae médula porque también depende de la manipulación de las células que extraen de la médula y de la forma en que se va a conservar, que generalmente es congelándola”, apuntó.
El éxito terapéutico
“La mayoría de los donantes en el país son los hermanos del paciente o enfermos que donan su propia médula”, reveló Gómez.
“Tratamos que no se produzca cuando no son miembros de las familias porque los éxitos terapéuticos disminuyen”, develó. No obstante, el médico resaltó que “también hay un registro internacional al cual se accede y uno ve que, por ejemplo, una persona de Alemania donó médula a otra de Argentina”. “Se estudia el perfil y la compatibilidad”, añadió.
Los requisitos para donar médula son diferentes a la donación de sangre y “también diferentes son las condiciones del enfermo que recibe el trasplante”.
A un año de realizado un tatuaje “se puede donar perfectamente sangre” y quienes tienen entre 18 y 65 años “pueden hacerlo cada tres meses”, contó.
En cuanto al tiempo en que el trasplante puede ser exitoso para una persona, respondió que “todo depende de la patología que tiene el enfermo” y que “en algunos casos” sirve para el resto de su vida.