Históricamente se tuvo la certeza de que no hay mejor seguro que el seguro de vida, porque es una contingencia que, inexorablemente, se va a producir. Pedro el tiempo nos está demostrando que hoy los hechos contra la propiedad van en idéntico sentido.
Pareciera un ítem menor, pero no lo es. Al contrario, se trata de una certeza que nos permite darle los más sanos y oportunos consejos que podemos dejar en la elaboración de este material en el Día del Seguro.
Probablemente nunca le tocó a usted padecer la adversidad de ser asaltado en su vivienda, que lo despojaran de bienes valiosos y hasta de su propia integridad personal, como de los suyos.
Consultas realizadas entre los productores asesores de las entidades aseguradoras, incluidas en este suplemento, coinciden en que cerca del 80% al 90% de la población está desprotegida en el tema generalmente por desconocimiento.
En ello están poniendo especial esmero los operadores, para colocar al alcance de las familias la cobertura del plan combinado hogar y familia que lo dejará a salvo, al menos en lo cuantitativo, de la pérdida material, independientemente de que sea usted privado de algún bien afectivamente valioso.
Frente a la realidad que vivimos de creciente tasa de delitos en todos los sectores, sin distinción, es incomprensible que la gente no tome estos recaudos.
Los robos a mano armada dentro y fuera de las viviendas exponen al ciudadano a perder en unos minutos lo que le costó una vida poder tener.
Los hurtos o robos perpetrados en ausencia del hogar se cuentan por docenas en la información policial, más los que no se informan, que suelen no ser pocos.
Ya no alcanzan, tampoco, los sistemas de alarma, frecuentemente burlados, anulados y hasta ignorados cuando suenan largos minutos y largas horas sin que nadie acuda a ver qué pasa. Lo peor es que, aunque se llegue en seguida, el hecho ya pasó y sus cosas pasaron a manos extrañas.
Seguridad por $1,50 diario
Por un costo exiguo, que en algunos casos apenas alcanza $1.50 por día, usted puede gozar de la protección plena del robo o hurto del contenido de su vivienda, incluyendo todos los enseres, indumentaria, electrodomésticos, así como la rotura de cristales, aberturas y daños producidos por incendios o causas diversas contenidas en la póliza.
No espere a ser víctima doble: del hecho de por sí agraviante y de la pérdida de su capital que le costó tanto conseguir.