Es­cri­be:

Juan Pablo Morre

 

Cuando tiene que aparecer, lo hace. Parece darle soga a su suerte y jugar muy cerca de la cornisa, pero cuando conoce que “no le queda otra”, saca a relucir su temperamento y obtiene esos triunfos que lo levantan del asedio y lo ubican en una posición expectante para lo que viene.

Así es la característica de este modelo 2012 de Alem que, después de tres fechas sin victorias (entre ellas, la goleada sufrida en el clásico) y esperar bastante sin jugar (prácticamente 20 días), retornó con una victoria clave por 2-1 ante Atlético Ticino que, en líneas generales, mostró una buena actuación, pero estuvo equívoco en donde se definen los partidos.

Dentro de un campo de juego muy complicado (presentó mucho barro),  Alem no contó con un juego pulcro y preciso (sintió, principalmente en zona media al momento de trasladar el balón, ese “parate” en cuanto a ritmo de juego), pero le bastó -con el peso de sus individualidades- iluminarse en el área rival sobre el cierre del primer tiempo para sacar una diferencia determinante.

Y, a la misma, después la sostuvo con ímpetu y sostén defensivo (también careció de fineza y eficacia en las réplicas que le hubiera otorgado otra tranquilidad) en el segundo tiempo, donde Ticino lo apuró y, por lapsos, mostró superioridad.

Las trepadas de Gudiño en el local y el buen trabajo de Bértola y Juan Bianchi, fue lo más interesante de la primera media hora del partido, donde los arribos al arco rival empezaron a llegar pasado el primer cuarto de hora, ya que en el inicio todo fue muy previsible en ataque por parte de ambos.

Igualmente, su mejor labor en zona media de la visita, le permitió al elenco de Vicario tener las primeras ocasiones cuando logró profundizar con Matías Rodríguez quien supo aprovechar cierta confusión de local para marcarlo producto de ciertas falencias en la cobertura. Entonces, a los 18’, se dio un cruce justo de López y luego Maggi le contuvo un remate al mismo volante derecho ticinense.

Más allá de todo, Alem, que en ese entonces mostró cierto criterio para armar sus ataques pero se confundía en los últimos metros, supo tener mayor peligrosidad cuando logró poner en aprietos a Fantino, como a los 23’, cuando Gudiño tiró el centro y la pelota le quedó a Kevin Plaza, quien impactó mal su remate, adelantando que no sería su tarde.

Después, dentro de un partido que carecía de ritmo de juego y de traslado lento, la visita insinuó sobre la media hora (otro tiro con poca dirección de Rodríguez y cabezazo desviado de Farías), pero el local fue el que concretó.

Es que, tras un lateral, Figueroa (de mínima participación hasta entonces) eludió un par de marcas a puro amague y habilidad para luego tirar un buen centro que fue despejado a medias por un defensor y el balón le quedó, en el corazón del área, a Maximiliano Le Roux, quien impactó de llenó y dejó sin chances a Fantino para facturar la apertura del marcador.

Desde allí, Alem ganó en confianza y se asentó en campo rival y le provocó momentos de zozobra a su rival que, producto de su desorden, sufrió cuando Le Roux casi anota otro gol (cabezazo al palo) y después con el penal (evitable) de Piovano sobre Gudiño, a los 43 minutos. De la ejecución se hizo cargo Federico Figueroa quien en ese rubro está imbatible y decretó el 2 a 0.

Así, con una diferencia amplia por lo acontecido en el campo de juego, Alem se fue al descanso con mucha satisfacción y le pasaba la necesidad al Atlético Ticino que se entonó velozmente en el complemento al lograr rápido el descuento. Es que, a los 8 minutos, Bértola, tras captar un rebote, dejó rivales atrás y terminó recibiendo la clara falta de Gudiño dentro del área y el propio “Cotorra” anotó el gol de su equipo con certero remate desde los doce pasos.

A partir de allí, Ticino mostró sus apuestas (dispuso de una variante táctica para introducir más gente arriba) que le permitió generarle cierta incomodidad al local que, después del descuento, cometió muchas infracciones que terminó derivando en modificaciones en la faz defensiva por el “temor” de no sufrir expulsiones (salieron los amonestados López y Moyano), a la vez que empezó a marrar considerablemente en el arco rival en las réplicas que armó (principalmente con Kevin Plaza, quien tiró un tiro al palo y luego Fantino le negó, con grandes atajadas, dos veces el grito de gol).

Ticino, en tanto, si bien mostró una mejor participación de Ayrton Páez para asociarse con Bértola tampocó gravitó como pretendió en el área rival producto del buen trabajo de la defensa “tricolor” (siempre bien apuntalada por Cristian Agosto) y además porque apostó, en varias oportunidades, al juego dividido que no le trajo los réditos esperados (tuvo, únicamente, un tiro de Favalli bien contenido por Maggi y otra definición errática de Rodríguez).

Finalmente, en un desenlace extenso (Martínez jugó cinco minutos de tiempo recuperado) en el cual ambos elencos mostraron mucho corazón y esfuerzo, el “Tricolor” -que terminó con uno menos- logró la ansiada victoria que le permite obtener ese impulso necesario para la recta final de la fase clasificatoria, y a Ticino con la amargura de la derrota, aunque sabiendo que está “entero” para aspirar a la clasificación. 

 

SINTESIS

 

 

La figura

 

Maximiliano Le Roux, más allá de algunas imprecisiones con el balón, tuvo la virtud de ser el hombre más peligroso del partido al arribar inteligentemente el área rival, donde marcó un gol, impactó un cabezazo al palo e hizo estirar a Fantino en otra ocasión. Además, Figueroa fue determinante en el local. Otro punto alto fue Gonzalo Bértola, siempre claro con el balón e incisivo cuando trasladó el balón hacia adelante.

 

El árbitro

 

Buena actuación de José Martínez, la cual se le simplificó en demasía por la gran predisposición de los jugadores. Acertó en los penales y en la expulsión y administró bien las amarillas en el complemento para frenar las apariciones de fuertes infracciones.