La trovadora cubana Rita del Prado se presentó en el auditorio Antonio Sobral, brindando dos conciertos para chicos de tercero, cuarto y quinto grado de la escuela Víctor Mercante.
“Es como si hubiera venido a tocar María Elena Walsh para los chicos de la escuela”. Con esta frase, la cantante infantil villamariense Coqui Dutto resumió la calidad poética y la importancia internacional de su invitada. Y de hecho, al leer los datos de Rita del Prado, vemos que ha sido la fundadora del Movimiento por la Canción Infantil Latinoamericana y del Caribe, que ha sido miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, que se ha presentado en festivales y escenarios de su país, México, Colombia, Guatemala, Uruguay, Argentina, Brasil y España y también que, junto al dúo Karma (Xóchitl Galán y Fito Hernández) creó el proyecto "La Guarandinga", reconocido con el Gran Premio Cuba Disco 2010; el primero que ese país otorga a un disco de canciones infantiles. Sin embargo, Rita prefiere recordar sus comienzos como esa psicóloga recién graduada que a los 22 años cambió los libros de Freud por la guitarra.
“Supuestamente iba a ser una profesional que iba a tocar la guitarra en sus ratos libres, pero al final la vida me dijo que no y fue lo contrario. Mientras estudiaba psicología, en realidad lo que estaba haciendo era prepararme para ser trovadora”. Y ser trovadora, según Rita “no tiene academia ni universidad, es una escuela de la vida metida en el alma y la cultura de mi país. Por eso es que en Cuba se hace más fácil la elección de ese camino”.
-¿Y cómo pasás de trovadora a cantante infantil?
-Al cabo de un tiempo de hacer canciones me llamó mucho la atención el mundo de la música para niños. Me parece que es un universo fascinante que tiene muchos caminos posibles y no hay una única manera de hacer. Y empecé…
-¿Y cuál es tu poética a la hora de hacer canciones?
-En una primera etapa, ahondaba mucho en recursos literarios; pero luego me di cuenta que esto funciona en contextos específicos, cuando los chicos están tranquilos y pueden escuchar una canción como si leyeran un libro. Entonces pasé a otra modalidad más lúdica e interactiva, con canciones de mucha síntesis y ritmo que funciona muy bien en los espectáculos.
-¿Cuáles son los temas de tus canciones?
-Eso también fue cambiando con el tiempo. En una primera etapa me serví de referentes clásicos de la literatura, como los duendes, gnomos y brujos. Pero en los últimos años descubrí un camino muy lindo que es abordar las tradiciones de mi país, casi a manera de investigación. Y de eso se trata la “Guarandinga”, este proyecto que tengo con otros dos artistas de usar géneros musicales cubanos, elementos de la fauna, la flora y la cocina e integrarlos a los códigos infantiles.
La poesía ante todo
-Sin embargo, a pesar de los cambios temáticos, nunca resignaste la poesía…
-Eso es algo a lo que nunca renuncio precisamente por ser una trovadora, pero sobre todo por los niños. Siempre me pareció que si hay un ser poético sobre la Tierra es el niño, por su capacidad de conectarse de manera natural con la poesía. Los adultos, en cambio, si no le dedicamos a la poesía una energía especial, la vamos perdiendo.
-Los trovadores cubanos de los ‘70 son muy admirados en Argentina, ¿sentís alguna conexión política o vital con ellos?
-Por supuesto. Pero yo pienso que la trova siempre ha estado identificada con la vida; y la política es sólo una parte de la vida. Siempre se dice que el amor y la Patria son los grandes temas de la trova. Y eso es cierto. Las palabras cambian pero el compromiso con la vida que tiene la trova se mantiene inalterable.
-Con tu grupo ganaron en 2012 el premio al mejor disco cubano con un disco infantil: “En Guarandinga por toda Cuba” ¿Qué significó para ustedes?
-Que la música infantil puede y debe ser tan exigente como cualquier género; igual que el jazz o la música clásica. Para nosotros fue una gran respuesta. Habíamos hecho el disco con todos los elementos de una gran producción. Y si nosotros pensamos que la música para chicos es la cosa más seria del mundo, qué bueno que el jurado también pensara igual y que por eso nos diera un premio…
Iván Wielikosielek
-Especial-