Tomasa Samaniego vive en Lago Argentino y Figueroa Alcorta, una esquina del barrio Los Olmos.
Desde hace más de un mes, en la zona están tendiendo la red de agua y la de cloacas, obras que ella reconoce como muy necesarias.
No obstante, la vida de ella y de su vecindario se ha complicado, ya que las zanjas que se han abierto para colocar los caños, y la tierra removida, se convierten en impedimentos para el tránsito, sobre todo cuando llueve.
El lunes, una vez más, la zona se inundó.
Tomasa ha recurrido varias veces a la Municipalidad a reclamar, pero todo lo que ha conseguido es que pase una topadora tapando con tierra, lo que no es muy efectivo, ya que la lluvia desmorona y socava igualmente las zanjas, impidiendo la circulación de vehículos.
Así, días pasados la ambulancia que pidió para transportar a su hijo de diez años, aquejado de neumonía, no pudo llegar al domicilio. Tampoco suelen entrar los remises.
Ella considera que las zanjas deberían compactarse.