@“Eva no es un cuento”

"...María Eva se fue en
invierno... julio de un negro cincuenta y dos... Arden los ojos de los más buenos, lloran por Eva, niegan su adiós.
No regala un pueblo... tanta devoción. María Eva se fue en invierno... Evita no."

Y sonó a las 20.25, en el pueblo argentino, ese grito de dolor, que anunciaba la muerte de ella, la muerte de EVITA (foto), aquel sencillo y tierno nombre con que cariñosamente su pueblo la llamaba. Se escuchó en toda la Nación, un grito seguido del silencio, el más doloroso y profundo... un luto interminable. Miles y miles de hombres y mujeres salieron a la calle a llorar a la líder espiritual de la Patria.
Dejaba de existir, aquella mujer que, habiendo nacido en un humilde hogar, luchando contra viento y marea por lograr sus sueños, llegó a convertirse en uno de los íconos más importantes de nuestro país.
El dolor que dejaba su partida le dio más importancia aún, a la pasión con que ella se había brindado a sus "descamisados", luchando siempre por una " Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana".
Su temprana muerte a los 33 años, acontecida en pleno cambio de las estructuras sociales de la vieja sociedad conservadora, donde la oligarquía acechaba temerosa de perder su poder, se transformaría en uno de los ejes fundamentales por los cuales cruzaría el umbral hacia la inmortalidad.
Aquella mujer que dejaba este mundo, había llenado de felicidad el corazón del pueblo, ya que luchó incansablemente por conseguir una sociedad más justa, más igualitaria y con mayor oportunidad para todos.
La "Abanderada de los humildes", trabajó constantemente para sus queridos descamisados, porque creía con fervor en la posibilidad de construir mancomunadamente una Patria grande.
"...allí donde hay una necesidad, existe un derecho", nos dejó como legado la compañera Evita y día a día debemos trabajar para continuar su obra, levantando sus banderas, promoviendo la solidaridad entre los argentinos.
Fue Evita, la que con tenacidad logró que nosotras las mujeres argentinas fuéramos las primeras que votaran en América. El voto femenino es un beneficio que, sin ser feminista, Evita consiguió logrando la igualdad en los derechos cívicos y políticos entre mujeres y hombres argentinos. La vigencia de su nombre tiene una estrecha relación con la obra desarrollada.
Continuamente generó los espacios necesarios para que niños, mujeres ancianos y trabajadores, accedieran a la educación, a la salud, al turismo, en búsqueda de la justicia social y de una redistribución equitativa de sus riquezas.
No dejó a nadie fuera de su abrazo protector y amoroso.
Eva no es un cuento... es revolución.

Melina Mosquera
28064228
Por Juventud Peronista



@ Ofendido y humillado

Me siento ofendido y humillado por la empresa Supermercados Disco.
El día 19 del corriente mes realicé una compra en el supermercado y me dieron de vuelto un billete de 50 pesos. El día 23 volví al supermercado a comprar e intenté pagar con el billete que me había dado anteriormente.
La cajera no me aceptó el mismo (número 20140910 serie B) ya que le faltaba la línea plateada de seguridad, a lo que respondí que a ese mismo billete me lo habían dado justamente ahí, días antes (aclaro que conservo el ticket de aquella compra). A todo esto la gente me miraba con cierta desconfianza, como si fuera un “delincuente”.
La cajera habló con la encargada y me tomaron los datos personales sin ningún tipo de justificación.
Tuve que dejar la mercadería. Hablé con la encargada pidiéndole un libro de quejas. El trato recibido deja mucho que desear, se me negaba firmar el libro y tuve que dar explicaciones para poder hacerlo.
Para evitar mi reclamo, la empleada, quiso solucionar el problema diciéndome: “Quizás en el Banco te lo cambian”.
Además me dijo: “La empresa no permite aceptar billetes que no tengan la línea plateada de seguridad” a lo que le respondí si permite dárselos de vuelto a los clientes. La encargada calificó como “imposible” que eso haya ocurrido.
Poco me importa haber perdido 50 pesos, pero jamás olvidaré el momento humillante y vergonzoso que pasé aquella tarde.

Joan Manuel Arce
34992707