Fue una verdadera fiesta. Los 25 años de la democracia reunió en la Casona de Pereira y Domínguez a los integrantes de los sucesivos gobiernos locales de 1983 a la fecha.
Fue una fiesta que tuvo manifestaciones de afecto, abrazos de reencuentro, voces quebradas por la emoción y algunas ausencias. Fue el reconocimiento a todos los que formaron parte (siendo elegidos por el voto popular) del camino emprendido después de siete años de dictadura.
Pasadas las 13, el titular del cuerpo legislativo, Javier Suppo, tocó la campanilla en un recinto colmado. En el foso se ubicaron Horacio Cabezas, el intendente del retorno democrático, su sucesor Miguel Angel Veglia, Martín Gill y Eduardo Accastello.
Detrás de ellos los cuerpos legislativos de los primeros pasos. En las galerías, más representantes electos, familiares de los reconocidos, simpatizantes que aplaudieron con energía a cada mención de los nombres que fueron parte de la democracia conseguida después de la dictadura.
La Bandera y el Himno. Dos símbolos patrios que marcaron el comienzo de la sesión especial.
“Hace 25 años dábamos el primer paso al rescatar el sufragio. El país rescataba su dignidad ciudadana...Después de un largo letargo, con desaparecidos, Malvinas, la Argentina se despertaba con las voces que nunca callaron.” Fueron las palabras de Suppo antes del tratamiento del primer tema del Orden del Día.
El aplauso ganó la tradicional Casona cuando el presidente del Deliberante remarcó: “Somos un pueblo que vivió luchas por la Indenpendencia...y tenemos el desafío de construir cada vez más democracia”.
Seguidamente, el cuerpo aprobó el primer punto del temario especial del 10 de diciembre: “Reconocimiento a intendentes, concejales, tribunos y auditores desde 1983 a 2007”.

“Sueños y
responsabilidades”

La primera ovación se la llevó el intendente que se sentó en el Sillón de Viñas el 25 de diciembre de 1983. Muy emocionado, el contador Horacio Cabezas recibió su plaqueta y el afecto de los presentes.
“Hace 25 años ingresé a este honorable recinto, se me requería juramento para ejercer el cargo y lo hice invocando a mi fe y a los preceptos de la Constitución Nacional.
Cuando uno llega a la función viene trayendo una carga de sueños y responsabilidades”, comenzó diciendo Cabezas.
Totalmente conmovido por el recuerdo, el jefe comunal de 1983 indicó que “la democracia de 1983 otorgó a la ciudadanía la felicidad de que un intendente elegido por el pueblo transmita a otro su mandato”.
“El compromiso de un intendente saliente no se agota, pasa a ser alguien en disponibilidad para fortalecer la democracia al comprometerlo con toda la comunidad en todos los tiempos.”
Las palabras de Cabezas fueron seguidas en silencio y atentamente. “Mis convicciones me llevaron a permanecer en mi ciudad y seguir transitando sus calles. Formulo fervientes votos para que nuestra ciudad siga su derrotero de grandeza”.
El aplauso que salió de todas las manos coronó el discurso del integrante de la Junta de Historia y un trabajador incansable en distintos ámbitos del quehacer comunitario.

“La enseñanza
de los años”

La emoción no abandonó la Casona ni se escondió en los pasillos. Siguió allí, latente entre los que se reencontraron después de haber vivido tantos momentos buenos y malos.
El segundo en pasar al frente para recibir el reconocimiento fue Miguel Angel Veglia, tres veces elegido para ocupar el Sillón de Viñas.
Con lágrimas en los ojos y la voz quebrada el ex jefe comunal tomó el micrófono. “Veinticinco años de democracia es algo extraordinario. Agradezco a Dios y a Horacio Cabezas que me convocó a integrar su equipo.
Todo lo que hicimos lo hicimos de buena fe”.
En su discurso, Veglia expresó que “todo lo que hizo fue con convicción” y pidió disculpas por los errores cometidos.
Conmovido, el ex titular del Ejecutivo mencionó el apoyo de los suyos en su vocación política. “Mi familia me bancó mucho”, expresó resaltando la importancia de que sus hijos vivan en libertad.
“Con los años uno piensa, cuántas cosas hicimos mal y qué bueno es aprender.”
Convocando a los jóvenes a participar en la vida democrática, Veglia cerró su oratoria.

“Construirla
entre todos”

El actual rector de la Universidad Nacional de Villa María, Martín Gill, fue el tercero en recibir su certificado. Ocupó la Intendencia desde julio de 2003 a diciembre de 2003 (por la renuncia de Accastello).
Gill comenzó con una anécdota. “Un día estudiando en la escuela José Ingenieros visitamos el viejo mercado y fuimos a visitar al intendente de la democracia (por Cabezas). Y me tocó crecer y vivir en democracia”.
Gill consideró que el sistema se construye entre todos y es responsabilidad de todos.
El último de los mandatarios en subir fue el actual. Accastello fue breve y recordó a los concejales que “ya no están” (Felipe, Massel, Cánova, Pizzorno, entre otros).

Legisladores
y tribunos

Luego, uno por uno fueron convocados a recibir el reconocimiento, los legisladores que ocuparon bancas entre 1983 y 2007.
Los aplausos fueron constantes al paso de todos los dirigentes que tuvieron responsabilidades en la vida democrática o de los familiares de quienes ya han fallecido.
Los tribunos y los auditores siguieron en la lista de la ceremonia que tuvo como anfitriones a los doce ediles actuales.
Los diplomas de Jorge Gómez y Juan Carmona fueron depositados en manos de sus nietos. Estuvieron también los hijos de Aymar, Paradella y Gianaria y la esposa de Héctor Massel.

s Galería

Cerca de las 14, el órgano legislativo aprobó el segundo y último punto de la sesión especial de la víspera.
Fue sancionada la creación de la Galería de los Intendentes de la Democracia.
En un espacio que será habilitado en la Casona de calle Mitre, estarán los retratos de todos los jefes comunales desde Pedro Viñas hasta la fecha.
El acto culminó a las 14.30. La camaredería continuó unos minutos más.