En la víspera de un nuevo aniversario de las elecciones presidenciales del 30 de octubre de 1983, los concejales del radicalismo presentaron un proyecto para disponer un espacio verde con el nombre “Plazoleta de la Militancia”.
La iniciativa propone designar con el mencionado nombre el espacio verde “ubicado a la vera del río Ctalamochita, limitado por el bulevar Sarmiento, puente Juan B. Alberdi, senda peatonal y postes que limitan el ingreso vehicular”.
“Promovemos una edificación sencilla, en forma de muro, con diseño artístico, en el que se pueda colocar una placa recordatoria a todos aquellos ciudadanos que, a criterio de cualquier organización social de nuestra ciudad, merezca el reconocimiento comunitario. Quedan exentos de la presente los que hayan atentado contra el orden democrático y/o participado en gobierno de facto”, afirmaron Landart y Gagliano en los fundamentos del proyecto legislativo.
Los ediles entienden que la iniciativa “apunta a una revalorización de la militancia política y social de nuestra democracia recuperada y simboliza públicamente la posibilidad concreta, de que nuestra comunidad reconozca a los ciudadanos que con su accionar dieron muestra de un compromiso con lo colectivo y de las organizaciones que los cobijaron y dieron sustento tangible a su desempeño”.
Recordando “una fecha memorable”
“En un escenario que se podría resumir recordando la culminación de la trágica guerra de Malvinas, por la que muchísimos de nuestros jóvenes dejaron su vida y sus almas, Argentina experimentaba el más largo período de interrupción democrática. El proceso militar había trastocado las estructuras básicas de la economía instalando el libre mercadismo desindustrializando al país y, lo que posiblemente fue peor, instalando la persecución a las ideas de los ciudadanos o instituciones que pensaran de otra manera a la que imponía el poder de facto”.
Las palabras corresponden al prólogo de un escrito recordando las elecciones del 30 de octubre de 1983, hace 29 años. El documento firmado por la titular de la UCR, Silvia Balderramos, continuó expresando que “Raúl Alfonsín, con el apoyo de su partido, pero también con el de un electorado de variado origen, fue interpretado por la ciudadanía como quien podía llevar a cabo una serie de acciones de gobierno que permitiera a este país salir del autoritarismo y hegemonía de pensamiento impuesto por quienes creyeron tener verdades absolutas”.
En el documento, Balderramos rescata el juicio a la Junta Militar.
“Hace 29 años, la ciudadanía argentina volvía a ejercer el derecho a votar para elegir a sus representantes. Ese domingo 30 de octubre de 1983 quedó marcado en el calendario de nuestro país como el día de la instauración de la democracia y dejaba abierta otra fecha memorable, la de aquel 10 de diciembre de 1983, con una multitud jubilosa y festiva y un presidente de la democracia que dirigía su mensaje desde el Cabildo, lugar más que simbólico de independencia y libertad”.
En otro párrafo del escrito, Balderramos recordó el siguiente mensaje de Alfonsín: “El sentimiento ético constituye uno de los más nobles sentimientos del alma. Quienes piensan que el fin justifica los medios suponen que un futuro maravilloso borrará las culpas provenientes de las claudicaciones éticas y de los crímenes. La justificación de los medios en función de los fines implica admitir la propia corrupción, pero, sobre todo, implica admitir que se puede dañar a otros seres humanos, que se puede someter al hambre a otros seres humanos, que se puede exterminar a otros seres humanos, con la ilusión de que ese precio terrible permitirá algún día vivir mejor a otras generaciones. Toda esa lógica de los pragmáticos cínicos remite siempre a un porvenir lejano”.