Ni bien el violento temporal de piedra, lluvia y viento que en la tarde del lunes puso en crisis a la ciudad decayó en intensidad, los villamarienses que sufrieron daños en sus vehículos asediaron con pedidos de presupuestos a los chapistas dedicados a la reparación de microbollos.
“No había pasado una hora de que la tormenta había terminado y ya nos teníamos encargado 25 presupuestos”, destacó con sorpresa el dueño de un taller ubicado en barrio Lamadrid.
La situación que se multiplicó entre los espacios que se dedican especialmente a resolver este tipo de situaciones, fue común denominador en la tarde del lunes y la jornada de ayer.
Más allá de las solicitudes de precios, muchos de los automovilistas ya confirmaron el arreglo de sus autos, generando un fenómeno que desde hace tiempo no se observaba en la ciudad.
“Tenemos turnos confirmados hasta mayo de 2013”, explicó el especialista en microbollos consultado por EL DIARIO.
“Es más, antes de la noche del lunes, acordamos atender a clientes en enero del año que viene, mientras que hoy (por ayer), avanzamos prácticamente hasta mitad de 2013”, manifestó el tallerista mientras desarmaba una de las unidades que debía volver a dejar en óptimas condiciones.
Cabe destacar que la tarea por vehículo demanda varios días e incluye el desarme de piezas del rodado.
“Es un trabajo minucioso y manual que implica un procedimiento particular sobre cada bollo (aplicación de calor y ventosa sobre la chapa afectada)”, precisó el experto reporteado.
Otro detalle significativo del grupo de personas que quisieron arreglar sus autos es que muchos legaron por la vía particular, mientras que otros aprovecharon la cobertura especial de sus pólizas de seguro que incluyen la atención por este tipo de evento climático.
“La gente quiere que su auto esté bien lo antes posible, tendrán que tener paciencia, muchos están en espera”, concluyó el consultado.