La Comisión Pro-Templo, constituida en 1884, estuvo integrada por Joaquín Pereyra; Pedro Viñas, Bernardo Fernández, Julio Casanovas, Marcelino Arregui y luego Manuel Rodríguez y Cía. La Comisión tuvo que enfrentar no poca indiferencia de parte de muchos vecinos ante la solicitud de donaciones. El municipio contribuyó con la mitad de los fondos previstos en el presupuesto de la obra. Para ello el Estado local tomó un préstamo bancario. En 1893 la Comisión entregó el templo, entonces de una sola nave, a la curia. El templo parroquial fue bendecido el 21 de diciembre de 1894.