La rentabilidad de un cultivo como la colza (brassica napus) está relacionada al buen manejo aplicado durante el desarrollo del cultivo y de qué manera llega éste al momento de la cosecha, por lo tanto todo el esfuerzo invertido durante el desarrollo del cultivo será en vano si no se consigue, además, una recolección eficiente.
La colza es el segundo grano oleaginoso producido a nivel mundial, después de la soja, con 59 millones de toneladas en el último año y el tercer aceite en importancia a nivel mundial con 23,21 millones de toneladas. El mayor productor mundial es la Unión Europea, con una producción de 19 millones de toneladas, siendo a la vez el mayor importador mundial con 3.500 millones de toneladas importadas en la última campaña.
En la República Argentina se estima que para la campaña 2012/13 se sembraron unas 86.900 has (Ministerio de Agricultura), con una producción promedio de 1.700 kg/ha. En nuestro país las pérdidas promedio durante la cosecha mecánica de este cultivo son de 160 kg/ha (INTA-Precop).
Con el valor que tiene en este momento (entrega a noviembre) el grano de colza (U$S610 /tn), el promedio de pérdidas de cosecha representa 9,3 millones de U$S/año para esta campaña. Por lo tanto, ajustar el momento de cosecha y la regulación de la máquina cosechadora provocaría un aumento notable en la rentabilidad final del cultivo. La incertidumbre y las fallas de cosecha son algunas de las causas de la falta de penetración definitiva del cultivo en la Argentina; la solución sería que el paquete tecnológico de cosecha existente en Europa sea utilizado en Argentina.
¿Hilerar o cosechar directamente?
Esto depende del equipo del cual dispongamos y de la superficie a cosechar. Lo ideal para poder cosechar “directamente” la colza, sin hilerar, es disponer de un cabezal Draper (siempre considerando la aplicación de un desecante en forma previa). Esto se justifica porque los cabezales tradicionales, con sinfín, cuando cosechamos directamente sin hilerar suelen presentar algunos problemas con el traslado del material cortado hacia el centro del cabezal, ya que el mismo se introduce entre la batea y el sinfín y normalmente no corre con fluidez.
En un lote cortado/hilerado se puede utilizar el cabezal tradicional con sinfín intentando recolectar dos gavillas por pasada y siempre manejando la cosechadora para captar a las gavillas de frente, es decir en “sentido opuesto al que fueron cortadas”.
El cabezal sojero debe trabajar con el flexible bloqueado y con una altura de corte de 10 cm, por ejemplo. Se sugiere, en la medida de lo posible, “tapar” con una chapa doblada o con algo similar los sectores de la barra de corte que no recolectarán gavilla, de manera tal que se pueda evitar cortar tallos de colza innecesariamente, lo que provoca sobrecargas del sistema de limpieza de la máquina cosechadora.
Parámetros para definir el momento de corte/hilerado
El momento de corte es una situación de compromiso en la cual debemos equilibrar el porcentaje de granos sobremaduros de la planta con los granos que aún le faltan madurar (en cosechas muy tempranas el grano tiene bajo peso hectolítrico y en cosechas muy tardías se pierde mucho por desgrane). Se debe mirar a la planta dividiéndola en tres tercios, donde el tercio inferior será la parte más madura con predominancia de granos negros y algunos granos color “vináceo”. El tercio medio tendrá predominancia de granos color “vináceo” y algunos granos verdes y el tercio superior tendrá predominancia de granos color verde y algunos “vináceos”, Bragachini, M. et al. (1992). Al momento de corte debemos coordinarlo con el pronóstico climático y con el equipo de cosecha. Salvo que tengamos unos días de altísima capacidad desecante de la gavilla, en general insumirá de tres a cuatro días para que los granos del material engavillado alcancen la madurez para ser trillados.
Regulación del sistema de trilla
En general el cultivo de colza es un material que no demanda demasiado esfuerzo para ser trillado por cosechadoras axiales o convencionales. Se sugiere comenzar los lotes con un régimen de giro entre 500 a 600 rpm del sistema de trilla, observando durante el desarrollo del trabajo el estado del material trillado. En cuanto a cóncavo o camisas, en sistemas axiales se sugiere colocar como primera camisa una de cosecha fina y las dos consecutivas del tipo de cosecha gruesa para facilitar el colado del material. En sistemas convencionales se le podrá sacar alambre de por medio a la mitad final de un cóncavo de cosecha fina. En cuanto a la separación entre rotor y camisas, comenzar los lotes con una separación similar a la utilizada para cosechar soja y en caso de ser necesario ir cerrándola según avanza el trabajo.