Señor director:
Haciendo uso de nuestro derecho a réplica, venimos a responder la opinión vertida por la señora Elba Nonis de Bonangelino, publicada el martes bajo el título "¿Acusado?, ¿de qué?", y la solicitada firmada por la señora Flavia Bonangelino de Martoglio.
Señoras: podemos entender que se trate de un ser querido para ustedes, donde los recuerdos de su infancia las confundan. Podemos comprender el desconcierto que puede producir que aquel niño, hoy siendo un adulto, esté acusado de haber cometido un delito de tremenda atrocidad y por el cual será juzgado.
Señoras: nosotros no acusamos a ese niño o tío a quien ustedes hacen referencia. Denunciamos un hecho cometido por un adulto, con plena conciencia y comprensión de sus actos. El mismo que, sin importarle nada, obró de forma inexplicable, atroz, sometiendo a una niña que confiaba en él.
Nuestra obligación, como padres, fue denunciar el hecho, como creemos que ustedes también lo hubieran hecho. Fue la Justicia la que ordenó pericias y ponderó las pruebas que lo llevan a juicio.
Es lógico que ustedes sientan vergüenza y repugnancia por el hecho por el que está acusado, y es entendible que salgan abiertamente en su defensa, pero entendemos que sólo pueden hacerlo desde sus sentimientos hacia una persona que sienten un profundo afecto.
En cuanto a "de eso estoy segura, como espero lo estén los jueces en este juicio que, gracias a Dios, se ha logrado", debemos decirles que la persona a quien ustedes defienden, es la misma que ha tratado de evadir sistemáticamente durante los últimos dos años el acto que ustedes ahora ponderan como justo, haciendo uso de todos los derechos que le otorga la ley, garantizándole una defensa justa, hasta el punto máximo de haber ofrecido un resarcimiento económico a modo de compensación por el daño causado, cosa que rechazamos de plano. Todo está documentado en el expediente de la causa.
La Justicia es quien lo investigó y lo imputó, acusándolo y luego elevando la acusación a juicio, refrendada por la Cámara de Acusación de Río Tercero, habiendo presentado él un pedido de suspensión de juicio a prueba ("probation") y un recurso extraordinario, estos dos últimos actos procesales tramitados en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la provincia de Córdoba, habiéndosele denegado todos los recursos presentados.
O sea, no se puede hablar de inobservancia de los Derechos Humanos, ni tampoco que se ha violado la presunción de inocencia.
No admitimos que el caso sea tratado como una "novela barata y mal narrada". La única tragedia que conocemos es la que relatan las pericias y exámenes ordenados por la Justicia, todas ellas con rigor científico, en las cuales el acusado pudo tener su perito de control y observar lo que creyera conveniente, lo que habla también que han sido respetados todos sus derechos.
Con respecto a la demanda de derechos, les hacemos conocer que nos presentamos ante el TSJ para solicitar "que los derechos, tanto de nuestra hija, por ser menor de edad, como los del imputado, sean respetados rigurosamente de acuerdo a lo que marcan las leyes" (párrafo textual de la nota presentada el 29 de noviembre de 2007).
Señoras: a modo de reflexión, ¿tienen ustedes idea, como madres y abuela, del sufrimiento padecido por nuestra hija y el daño provocado a toda nuestra familia en estos 1.638 días de proceso, debido a todas las trabas y chicanas que la persona que ustedes defienden ha interpuesto, teniendo que respetarle el derecho a su legítima defensa?
¿Creen ustedes que tenemos tanto poder como para torcer las leyes vigentes a nuestro favor e influenciar en la experiencia y conocimientos de profesionales que tienen la responsabilidad de administrar justicia, sólo para provocarle daño y desprestigio a su ser querido?
Nuestra hija y nosotros, como padres, sólo pedimos que se haga JUSTICIA. Por eso acudimos, nos sometimos a sus procedimientos y confiamos en ella. Amparándonos en los mismos derechos y obligaciones que tenemos TODOS frente a las leyes, y aceptando lo que ellas determinen.
Esperamos que, en esta oportunidad, su pariente no encuentre algún argumento para evitar sentarse en el banquillo de los acusados y responder a los cargos por lo que la Justicia lo acusa.
F. V. y M. C.
Nota de la Redacción: las identidades de los padres de la menor presuntamente abusada se mantienen en reserva para proteger la integridad de la criatura en cuestión, por tratarse de una menor de edad y de un hecho de instancia privada.