El cuarto disco de Supertramp, "Breakfast in América" (Desayuno en América), consiguió lo que sus intentos anteriores en solitario (e incluso colectivamente) no habían logrado. Esto es, introducir al grupo de músicos en los Estados Unidos.
La canción homónima al título del LP se constituyó en un éxito tremendo tanto en América del Norte como en las listas británicas, logrando el puesto Nº 1 y el Nº 3, respectivamente. El larga duración produjo cuatro discos simples, hecho que permitió a los liderados por Roger Hodgson, ser una de las bandas más escuchadas en las radioemisoras de gran parte del mundo. En una época en la que el punk-rock ya se había transformado en "new wave", Supertramp siguió conectado a la misma fuente creativa que tan útil les resultó desde sus comienzos, produciendo canciones cuya capacidad de "enganche" no permitía traducir toda su complejidad musical. Obras melódicas pero a la vez contagiosas como "The logical song" (La canción lógica) y "Goodbye stranger" (Adiós extranjero), obtuvieron una aceptación masiva, algo que el grupo había sido incapaz de obtener con trabajos anteriores. Este álbum arrojó como resultado una excelente cifra de ventas, fueron 4 millones de placas que llegaron a manos de sus fans y fue publicado en marzo de 1979. El título del long play es idóneo, dado que se grabó en el estudio Village Recorder de Los Angeles, y fue el motivo para que la banda se trasladara a California.
El legado de los años ‘60
Teniendo en cuenta que los ideales de la era de la "paz y amor" no habían sido demasiado convincentes, la gente se topó con la década siguiente con esperanzas de cambios para mejor. Muchos buscaron respuestas en la música o, al menos, una llave para evadirse del mundo real. La pretensión era que lo musical reflejara los tiempos que transcurrían, pero además, esperaban de muchas de estas canciones setentosas una fórmula que les fuera válida para los momentos de ocio. Las trágicas muertes de Janis Joplin y Jimi Hendrix, fue un golpe duro tanto para fans como para sus pares. Ambos artistas habían puesto mucho de ellos mismos en su arte y creatividad, pero el estilo de vida del rock and roll al que se habían acostumbrado, terminó por pasarles factura, al igual que Jim Morrison de The Doors, que falleció poco tiempo después. Estos tres músicos desaparecidos integran el círculo fatal conocido como el "de los 27", ya que fueron varios músicos de la época, que con esa edad murieron de manera trágica.
Atilio Ghezzi
Especial para EL DIARIO