El segundo punto trazado por Cleri tiene que ver con la tradición argentina en la administración de empresas. “Nosotros tenemos un modelo que es sajón (originalmente Inglaterra, después Estados Unidos), el cual estructura la forma de organización interna de las empresas, pero que tiene muy poco que ver con lo nuestro. Es decir, esta cosa autoritaria, individualista, no personalista, egoísta, es algo que choca, a pesar de toda la influencia que tuvo el modelo sajón a lo largo de una Argentina colonial, que se ha metido dentro de la formación del empresario y del profesional. De todas maneras, las relaciones sociales nuestras siguen siendo distintas, porque son relaciones entre latinos”, argumentó.
Siguiendo con la idea anterior, detalló que “el curso intenta hacer jugar en la empresa relaciones naturales que son afines a nuestra cultura y a nuestra forma de ser, para no generar una contradicción entre cómo me comporto en la empresa y cómo me comporto en la sociedad, sino después surge la crítica, donde se dice que ‘los argentinos no servimos’, que ‘los argentinos somos perezosos’. Eso es mentira, lo que pasa es que se encuentra con una vida que es distinta a la que están acostumbrados, por eso cuesta tanto”.
El tercer punto planteado por el docente es entender que el curso para Pymes debe enfocarse en Pymes. “Entonces, juntando estas dos cosas, me causa terror que en la mayoría de los cursos lo que se utiliza son ejemplos de empresas que no tienen que ver con nuestra realidad. Es decir, a mí me importa muy poco cómo hizo IBM para penetrar en el mercado chino. A mí lo que me interesa es cómo hace una empresa pequeña ubicada en una zona periférica del mundo para sobrevivir a través de los tiempos”, remarcó.
Con respecto a la filosofía del programa, destacó que es antagónico con la idea de competencia. “Lo que nosotros buscamos es que la empresa no tenga el objetivo de ser la número uno, la referente, eso que aparece en las visiones de la empresas. La empresa tiene que ser buena con sus clientes, tiene que establecer una relación con sus clientes que debe ser irrompible. Siguiendo el modelo de océano azul de Ching y Burn, lo que digo es que hay que crear lagunas azules, donde no haya que competir ,sino que la gente lo elija a uno porque nuestra oferta es mejor”, ejemplificó con contundencia.