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El Peregrino Impertinente
La Organización Mundial del Turismo (OMT), es una entidad de carácter internacional, conocida como la principal y más representativa institución del turismo a nivel global.
En su seno se discuten temas referentes al sector, y se toman decisiones al respecto. Una especie de Parlamento del “planeta Viajes”, después de Júpiter y Plutón el planeta más rimbombante de la Vía Láctea.
Este organismo, al que están afiliados 154 países, fue creado en el año 1925. Por entonces, la sociedad mundial no estaba del todo familiarizada con el concepto de “vacaciones”. Tampoco con los de “paz social”, “estabilidad política” o “bienestar”. Pero a quién le interesan aquellas nimiedades, cuando todos sabemos que lo realmente imprescindible en la vida del hombre es moverse de acá para allá sacando fotos.
Así lo entendieron los fundadores de la OMT, quienes de inmediato se pusieron a trabajar en su objetivo: hacerle ver al mundo la importancia del turismo.
Apenas les llevó 81 años plasmar sus convicciones en una frase alusiva. La presentaron en 2006 y decía así: “El turismo es riqueza para la persona, para la familia y para la comunidad”, a lo que cabría agregar: “Pero lo es más para el que tiene el 51% de Sheraton, British Airways y Chevallier”.
Lo cierto es que la organización, a pesar de no gozar del peso político-económico del FMI o el INDEC, mantiene una estructura organizacional digna de una gran corporación.
Cuenta con un secretario general, Consejo Consultivo, Comités Especializados, Comisiones Regionales y hasta realiza asambleas generales, que se llevan a cabo dos veces por año.
Durante las mismas, representantes de varios países, miembros y empresarios, tratan los tópicos más trascendentales del sector, como: “El sommier y sus ventajas para dormir hasta las 12”, “Cruceros en los que sirven los mejores cuba libres” y “¿qué es mejor: la comida china o la mexicana?”. Menos mal que existen.
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