Sin dudar y con las pruebas sobre la mesa, Osvaldo Bosco, de 49 años de edad, precisó ayer que los delincuentes “esperaron que nos fuéramos para entrar”, al relatar a EL DIARIO la amarga experiencia que vivió durante las últimas horas del sábado pasado, cuando fue víctima, junto a su familia, del accionar de los ladrones, quienes ingresaron a su vivienda en Arroyo Cabral.

 

El hecho

 

El ilícito fue perpetrado “entre las 22.10 y las 22.30”, aseguró Bosco, cuando “habíamos salido para Villa María”.

Los furtivos esperaron que el transportista de hacienda de la vecina localidad, junto a su esposa Noemí Gutiérrez, que se encuentra embarazada, y la hija de ambos de 11 años, emprendieran un viaje hacia Villa María, para “dar el golpe”.

Los cacos se filtraron hacia el interior de la casa, situada en General Paz 550, a menos de dos cuadras de la ruta nacional 158, por una ventana que da al patio.

Una vez en el interior del domicilio los intrusos “dieron vuelta los dos dormitorios”, reveló el damnificado, quien apuntó que le sustrajeron un bolso de su señora en el que guardaba no más de 50 pesos, tarjetas, un teléfono celular; también una cámara fotográfica, un perfume, una cadena y una pulsera, dinero (pesos y dólares), un facturero tipo “A”, chequeras sin llenar y cheques por una suma equivalente a unos 30 mil pesos.

 

La pista

 

Para Bosco no quedan dudas que los ladrones actuaron “cuando nos vieron salir”. Al respecto, señaló que a las 22.10, cuando se encontraban de viaje hacia Villa María, ingresó una llamada a su teléfono desde el celular de su esposa que justamente se hallaba con él en el auto.

Fue en ese momento que la mujer se percató que se había olvidado el teléfono en su hogar, por lo que era notorio que alguien lo había accionado cuando la vivienda quedó sin moradores.

Rápidamente, a las 10.25, Bosco llamó a su cuñada a quien le pidió que fuera a ver qué pasaba en su vivienda. Un minuto más tarde, la cuñada se comunicó con su familiar, a quien le informó que “todo estaba bien” y que no había observado nada anormal.

Sin embargo, cuando la familia Bosco retornó a su casa a la 1 de ayer, lo que parecía estar en orden, desde afuera, se tradujo en un desorden total en los dos dormitorios y una ventana que da al patio abierta, “por donde entraron” los ladrones”.

Para Bosco los autores del hecho “es gente de acá” y aseguró que los robos “son una constante en Arroyo Cabral”, por lo que “ya estamos cansados”.