"La Posta del Centro”, “Feria de Mulas”, “Plaza de las Carretas”, “El Rincón de doña Esperanza”, “Plaza Mercado”, “6 de Setiembre”, “4 de Junio” y “Eva Perón”, fueron algunos de los nombres que llevó la plaza Centenario a lo largo de su rica historia.
La plaza que en definitiva, era la del Norte, donde funcionaba un Mercado (12 de Octubre) con un sector parquizado y quioscos variados, fue finalmente llamada “Centenario el 14 de mayo de 1910, en ocasión de la celebración del Centenario de la Revolución de Mayo.
“Desde el año 1908 la entrada principal del Mercado contaba con un piso de adoquines de granito y a partir de 1911, al cerrar sus actividades los puesteros, los días jueves, desde las 20.40, la banda de música ofrecía su retreta”, informa Bernardino Calvo en su libro sobre la historia de la ciudad. Y agrega: “Otra atracción de la plaza-Mercado era el cartel luminoso instalado, desde 1912, en la parte superior de la torre del tanque de agua que anunciaba a la firma Casas y Paronzini”.
El mismo año fue el que marcó la llegada de la iluminación, con cuatro focos eléctricos.
Fue en la gestión de Parajón Ortiz cuando se ordenó construir la estructura de la plaza que, con algunas modificaciones, está como la conocemos.
Según Calvo, la obra fue confiada a la empresa de José Licciardi y se inauguró el 10 de octubre de 1935.
Actualmente, tiene las fuentes con las aguas danzantes y una planta que simboliza la esperanza: se trata de un retoño del viejo árbol ubicado en Guernica, que quedó en pie después de un bombardeo a la población civil de esa localidad.
El retoño fue traído por los vascos a Villa María y representa que a pesar de todo, la vida sigue.