A pesar de que ya hubo días de calor agobiante, de que los fines de semana se ve una notoria afluencia de ciudadanos en el agua, de que las piletas de natación de los clubes no están habilitadas y que eso empuja a la gente a buscar el río para amortiguar las altas temperaturas y, sobre todo, a pesar de la tragedia de la semana pasada, las dos municipalidades no han previsto adelantar su temporada de control.
Y esto ocurre pese a que el fin de semana pasado se lo pidieron públicamente varios guardavidas a través de los medios de comunicación. Los hombres que se encargan del cuidado y del salvataje de bañistas creen que las dos muertes en el Ctalamochita pudieron haber sido evitadas y evalúan que al menos debiera existir, ya, guardias mínimas de bañeros ante la concurrencia de personas al curso de agua.
Sin embargo, los planes oficiales hasta el momento no se han visto alterados.
Desde la Secretaría de Gobierno de la Municipalidad de Villa María indicaron, a través de un vocero de la administración encabezada por Eduardo Accastello, que “no está definido aún el lanzamiento” de la temporada con guardavidas y que “puede que se adelante a los primeros días de diciembre, pero no está determinado”. Aldo Domínguez, representante zonal de la Federación Argentina de Guardavidas dijo en la edición del domingo de EL DIARIO, que estima que la temporada arrancaría el 15 de diciembre, como el verano pasado, lo que se torna preocupante “porque la gente ya viene al río”.
Desde el municipio local añadieron que se está analizando el caudal previsto para la época estival y los niveles de lluvia probables, entre otras cuestiones similares.
Por su lado, el secretario de Gobierno de la Municipalidad de Villa Nueva, Natalio Graglia, explicó a este matutino que se está trabajando “para lanzarla a partir del 1 de diciembre” e interpretó que “no cambiaría mucho empezar antes a medias, sin los ajustes necesarios”. “Estamos en preparativos”, argumentó.
El funcionario del Gabinete de Guillermo Cavagnero sostuvo que “hoy en las costas del río no hay gran cantidad de bañistas” y que la afluencia se da en diciembre, sobre todo “a mediados de ese mes”. “No obstante, nosotros nos adelantaremos una quincena y empezaríamos el 1”, añadió.
Graglia reveló que habrá guardavidas en la bajada del Parque Hipólito Yrigoyen y probablemente también en las orillas de barrios Portal de las Costa y La Reserva, que “es un sector de menos bañistas pero que tiene de todas maneras una buena concurrencia”.
“Son las dos zonas más concurridas de la ciudad”, resaltó.
Consultado si los bañeros son guardavidas, profesores de Educación Física o bomberos, precisó que “son guardavidas, han hecho el curso y trabajan en la actividad, es decir que están capacitados”.
Sobre la cantidad de guardacostas que dispondrán, declaró que no está definido pero adelantó que “no son muchos y son menos que los que tiene Villa María por una cuestión presupuestaria”.
Cabe consignar que Aldo Domínguez había recalcado en la entrevista con este diario que deben ser guardavidas -y no profesores de Educación Física- los encargados de velar por la seguridad de quienes utilizan el río que une a las dos localidades.
En tanto, la ex concejala villanovense Sandra Bailone se preguntó ayer, en diálogo con este medio, “cuántas veces tendremos que lamentar accidentes para que se reglamente” la cuestión y recordó que desde su banca instó a que se implemente un sistema de seguridad desde los primeros días de calor en la ciudad, pero que debió impulsarlo con notas posteriores porque se lo eludía. “El 10 de marzo de 2009 y el 1 de febrero de 2010 debí impulsar el proyecto inicial del 29 de abril de 2008, porque no se concretaba”, afirmó la vicepresidenta actual del comité radical.
“El intendente sabe que ya hemos padecido situaciones tan lamentables como la de la semana pasada. Las temperaturas ya son muy elevadas entonces debería haber un dispositivo de seguridad. De lo contrario, es sólo un discurso lo de que la salud y la integridad física de las personas está por encima de todo”, declaró la ex edil.
D. B.