Sobre los servicios de emergencia
Mi nombre es Gisele De Miguel, tengo cuatro hijos. El más chico es un bebé de dos años llamado Bautista Bruno. El padece una enfermedad llamada hipoventilación alveolar central congénita de inicio tardío que afecta la entrada y salida de oxígeno, en las horas de sueño provocando pausas respiratorias.
Debido a esto duerme con un aparato llamado Vipap, que lo ayuda a respirar. Además lo cuida un servicio de enfermería durante 16 horas diarias.
Por su enfermedad realizamos salidas de emergencia con frecuencia y por ser un bebé de alto riesgo, sus cuidados tienen que ser dentro de una terapia intensiva pediátrica. Quiero aclarar que en Villa María no hay y la más cercana se encuentra en Córdoba Capital.
El día miércoles 1 de noviembre a las 24, solicito el servicio de emergencia de SET (convenio con mi obra social), para traslado al Hospital Regional Pasteur por rotura de Vipap. Allí el doctor José Giffre nos derivó a Córdoba considerando la gravedad del caso. Cuando regresamos a la ambulancia, el doctor de la misma Federico, se niega a trasladarnos aún teniendo en mano la derivación por escrito.
Me llevan a la Clínica de Especialidades realizando el último intento de arreglar el Vipap sin encontrar a nadie con conocimientos especializados. Asimismo, se niegan al traslado a Córdoba y por cuenta propia decido llamar a su teléfono personal a Javier Giordana (ex dueño de SET, el cual me ofreció su ayuda incondicional desde el primer momento que nos conoció), a las 2 de la madrugada. Sin dudar preparó una unidad de traslado y en 15 minutos se hizo presente en la clínica para realizar el viaje a Córdoba.
Llegamos al Sanatorio El Salvador, donde quedó internado en terapia intensiva, una vez que tuvimos los aparatos en condiciones le dieron el alta y regresamos.
El día 10 de noviembre a las 23 aproximadamente, Bautista se duerme y enseguida notamos que el bebé realizaba apneas (pausas respiratorias) por lo cual llamamos al servicio de emergencias Corpus, el cual por quiebra del SET, pasa a tener convenio con mi obra social. Nos trasladan al Hospital, desde allí nos derivan a la Clínica de Especialidades “por tener obra social”. En la clínica, lo internan y comienzan los trámites para derivarlo al Hospital de Niños en Córdoba.
Ellos dicen que no nos trasladan por no tener la autorización de la obra social (la cual dispone de un servicio para paciente de riesgo que no necesita una autorización previa). Todo esto se desencadenó aproximadamente a las 3 de la madrugada, mientras mi bebé seguía realizando pausas respiratorias poniendo en riesgo su vida.
Por suerte contacté a quien más tarde nos trasladó, nuevamente Javier Giordana, el cual sin ninguna responsabilidad en esta situación, nos mandó una ambulancia equipada y con un médico, para poder llevar a mi hijo a Córdoba (no es la primera vez que Javier se hace cargo de las responsabilidades ajenas). Llegamos a Córdoba a las 5.45. Hoy mi bebé está muy bien.
Realizo esta nota porque no es la primera vez que me pasa que tengo que rezar para que mi hijo viva y nadie me da una solución inmediata. Espero que a través de esta carta los lectores sepan entender a mi bebé y yo sin poder hacer nada.
Tengo la certeza de que hay mucha gente que tiene el deber y la responsabilidad de ayudarnos.
Quiero agradecer a Javier Giordana porque sé que él va a estar las veces y a la hora que Bautista lo necesita. Al servicio de enfermería, que está a cargo de Sergio Galoni y al apoyo incondicional de la doctora Marcela Rodríguez.
Gisele De Miguel
DNI 32.156.035
Acerca de “Leyendas urbanas...”
Tengo ochenta y dos años y he sido testigo de la decadencia educativa en mi país en los últimos treinta años. Siempre he vivido con una cuota de esperanza y tengo fe en que algún día cambiará todo, pero por ahora tengo que seguir esperando.
Pero ha ocurrido un hecho educativo que deseo que salga a la luz porque es un verdadero ejemplo y un modelo que muchos deberían imitar. Me estoy refiriendo al docente que tuvo una visión diferente respecto al acto de educar y de llevar a la práctica los nuevos lineamientos que requiere la educación de Nivel Secundario para adultos.
Luis Alberto Luján es un profesor de literatura que ha presentado y ha dirigido proyectos con sus alumnos que han ido más allá de la educación, de sus aprendices, que ha traspasado fronteras impensadas, tal vez, por el mismo docente. No solamente ha involucrado a sus alumnos, sino a su institución, a los miembros de su comunidad educativa, y a toda la sociedad en su conjunto. Este es el tercer año que ese educador viene produciendo fotonovelas digitales en donde sus alumnos son los intérpretes de sus propias realidades. Y si bien este es el segundo año consecutivo que sus alumnos han escrito y editado un libro, el proyecto de “Leyendas urbanas” que llevó a cabo en ambas ciudad de Villa María y Villa Nueva, ha sido, quizás, el hecho educativo más trascendente en los últimos años en nuestra comunidad.
No sólo ha logrado que sus alumnos fuesen autores de una obra literaria, producto de investigaciones, de muchas horas de trabajo en el aula, sino que a través de su práctica docente ha ahondado profundamente en el folclore local recopilando las leyendas urbanas de transmisión oral que circulaban en la sociedad en la que sus alumnos están insertos, creando el primer libro en su género dentro de la historia de la literatura de ambas márgenes del Ctalamochita.
Esto es un verdadero compromiso con la educación. La valoración y la autoestima que el docente ha creado en sus alumnos son invaluables, porque ha creído en ellos y les ha permitido crecer interiormente y ver la vida desde otra perspectiva, la que sólo lo puede hacer una excelente educación. Vaya mis felicitaciones al profesor Luis Luján y que Dios ilumine a los hombres de buena voluntad. Como dije, tengo ochenta y dos años, y aún tengo esperanzas.
Aldo Ruiz
DNI 6.575.264