El camarista René Gandarillas condenó ayer a un vecino de Arroyo Cabral que estaba acusado de haber sometido a tocamientos y manoseos impúdicos a un joven de aquella población.
Se trata de Pedro José Osella, de 55 años de edad, quien fue declarado autor responsable del delito de “abuso sexual simple” y se le aplicó una sanción penal de dos años de prisión en suspenso, por lo que conservó el estado de libertad con el que llegó al proceso oral.
Al comenzar el juicio, el pasado martes, Osella negó los hechos que se le endilgaban, los que de acuerdo con la investigación judicial se habían producido durante el transcurso de 2006.
En aquella primera jornada, el ahora condenado vecino cabralense accedió a prestar declaración tras la lectura de la pieza acusatoria, aunque sólo para negar que hubiera cometido los referidos abusos, ya que luego hizo uso del derecho constitucional que le permite guardar silencio y se abstuvo de seguir compareciendo.
Sin embargo, la prueba colectada durante la instrucción de la causa fue determinante para que el juez Gandarillas terminara aplicando la condena solicitada por el fiscal de Cámara, Francisco Márquez.
En efecto, durante los alegatos el titular del Ministerio Público había pedido una sanción de dos años de prisión de ejecución condicional, mientras que el asesor letrado Juan Antonio Rusconi requirió la absolución de su defendido.
Por tratarse de un delito de instancia privada, las tres audiencias de debate que demandó el proceso oral se realizaron a puertas cerradas, es decir sin el acceso del público ni de los medios de prensa a la sala ubicada en el quinto piso del Palacio de Justicia local.
De todos modos, pudo saberse que en la primera jornada comparecieron la madre de la víctima, una psiquiatra y una psicóloga; en la segunda declararon cinco testigos, y formularon sus conclusiones el fiscal y el defensor, y ayer, finalmente, se dictó la sentencia correspondiente, cuya lectura estuvo a cargo de la secretaria Gabriela Sanz.