Durante el 10 y el 11 de noviembre se llevó a cabo el encuentro del Instituto Municipal de Historia de nuestra ciudad con los habitantes del pueblo llamado como nuestro fundador, Manuel Ocampo, el cual se encuentra en la cabecera del Departamento Pergamino, en Buenos Aires.
Siendo el aniversario del pueblo y por iniciativa de un pergaminense hoy radicado en Villa María, Osvaldo Saldías, junto a su amigo Martín Quesada Ocampo, se concretó este peculiar encuentro.
Al llegar a Manuel Ocampo, mediante un vehículo cedido por la Universidad Nacional de Villa María, nos recibieron en la biblioteca del lugar Berta y otras señoras que dan todo por su pueblo. De allí fuimos al salón de la Cooperativa cuyo presidente es el señor Marino Giuli.
Nos recibió el delegado del pueblo, Claudio López. En la reunión se expresó el titular del instituto villamariense, Horacio Cabezas, explicando en parte nuestra historia y entregando los libros de su autoría.
Luego hizo lo propio don Héctor Zanettini, comentando sobre las dos ciudades separadas por el río Ctalamochita y sobre sus obras, intercambiando conceptos con don Carlos Martín sobre la historia sobre la medallística, con presencia interesante de hechos, fechas y grabados en el bronce.
Además, se entregaron copias de viejos mapas de la fundación de nuestra ciudad y textos de autores locales que nos facilitó el sello Eduvim, entre otros.
Después del acto se hizo la entrega de regalos que le enviara nuestro intendente al señor delegado Martín López y él mismo entregando un presente a nuestro presidente. También leyó unos poemas el escritor Arturo Barroso. Allí nos presentaron al historiador que hizo el libro de los 100 años del pueblo, Luis María Libera Gill, junto a las docentes de la escuela primaria Nº 3 Julio S. Vantas y su directora Silvina (que hizo las veces de locutora), de la escuela secundaria Victoria Ocampo, además de la directora Liliana del Jardín de Infantes 907.
Al día siguiente volvimos al pueblo a celebrar la misa en homenaje a su fundación, con el joven padre “sanador” Martín Antonio, de nacionalidad mexicana y que pertenece al seminario de San Pío, que queda a pocos kilómetros de allí.
Desde allí nos fuimos a la plaza, donde se inauguró un monolito con la imagen de Jesús Misericordioso. Supe que yo tenía que estar allí y que don Generoso lo había donado en honor a los antepasados del pueblo.
Posteriormente partimos rumbo al salón del Club Atlético 9 de Julio, que se hallaba adornado con manteles blancos, buen vino y empanadas.
Entre plato y plato comenzó el show musical con la orquesta Nostalgias. Visitando mesa por mesa me entero de que allí tenían la medalla del mismo día y año de su fundación donde se explicaba que Adolfo Bullrich había sido el rematador del terruño y que todavía se conservaba el libro donde está graficada cada parcela de las tierras de Ocampo.
Llegó la hora del brindis y de la despedida. Me puse en la piel de mi amigo Osvaldo Saldías, que se había quedado en silencio.
Nosotros volvíamos a nuestra ciudad, él también a su tierra por adopción, pero dejaba allí su primeros años, las huellas de los pasos de sus padres y sus hermanos. Me quedo con la imagen de los molinos en el campo y en el pueblo. Como dice la poeta del lugar Rosalía Bojanich: “Gira molino en busca de primavera, la brisa trepa a tu tiempo y una bruma de gotas que escapan cabalgan al ritmo del viento”.
Leonor Conti