Un joven oriundo de la ciudad de Oliva fue condenado ayer a seis años de prisión de cumplimiento efectivo, luego que confesara haber querido estrangular a su ex novia con el cable de una plancha, en un violento episodio ocurrido hace casi un año en barrio San Justo de Villa María.
Martín Ezequiel Caballero, de 27 años de edad, fue declarado autor responsable de “homicidio simple en grado de tentativa”, delito que tuvo como víctima a María Eugenia Smeriglio, de 26, a primera hora de la mañana del domingo 11 de diciembre de 2011.
Caballero, nacido en Oliva el 16 de abril de 1985, reconoció los hechos tal como habían sido descriptos por el fiscal que instruyó la causa, circunstancia que posibilitó que el juicio oral fuera de trámite abreviado, con lo cual se omitió la recepción de pruebas testimoniales en la Cámara del Crimen local.
El grave incidente que dejará a este irascible sujeto en la cárcel hasta -por lo menos- mediados de diciembre de 2015 tuvo como escenario una vivienda ubicada en pasaje Cabo Adrián Busto 1036, aunque se había iniciado momentos antes en un boliche bailable de la costanera villamariense.
En efecto, Caballero interceptó a su ex pareja en el interior de la confitería Jet-Set, donde aquella madrugada la hostigó en reiteradas oportunidades para que ella reanudara la relación amorosa.
Cuando la joven salió del local nocturno y subió a un remise para regresar a la casa de sus padres, en barrio Ameghino, el agresor abordó intempestivamente el vehículo y le ordenó al conductor dirigirse al inmueble de barrio San Justo, donde estaba radicado.
De acuerdo con la pieza acusatoria, confeccionada por el fiscal de Instrucción Félix Martínez, ya en el interior de la vivienda, Caballero agredió verbal y físicamente a Smeriglio, a quien le exigía reanudar el noviazgo que habían mantenido por espacio de unos dos años y hasta poco tiempo antes del violento suceso.
Enceguecido por los celos y la negativa de ella el iracundo individuo tomó del cuello a la joven y comenzó a estrangularla, al tiempo que le exigió mantener relaciones sexuales. La víctima se resistió e incluso llegó a rasguñarlo en el rostro y en un brazo, pero no pudo evitar el ataque.
Así, y con la situación dominada por la fuerza, Caballero llevó a cabo su vil cometido, pero en un momento de distracción Smeriglio salió corriendo y, totalmente desnuda, ganó la calle. Hasta allí fue perseguida por su ex novio, quien volvió a tomarla por la fuerza y la hizo ingresar otra vez a la finca.
No obstante, los gritos de auxilio de la joven fueron escuchados por una vecina, quien de inmediato dio aviso al Comando de Acción Preventiva (CAP), cuya sede está ubicada a sólo cuatro cuadras del lugar.
Si bien el personal policial llegó rápidamente, en ese interín Caballero volvió a agredir a Eugenia en el dormitorio: primero con sus manos y luego utilizando el cable de una plancha le apretó el cuello hasta hacerle perder el conocimiento.
“Nos vamos a ir los dos al cielo”
Según el relato de la propia víctima, en medio de la brutal sujeción, el agresor le advirtió: “¡Nos vamos a ir los dos al cielo... primero te mato y después me suicido!”
Sofocada y sin reacción, la joven se desvaneció y cayó al suelo. Caballero creyó que la había matado, pero en vez de autoeliminarse, optó por darse a la fuga por una puerta trasera, casi al mismo tiempo que arribaban al lugar dos móviles del CAP.
Una oficial de la Patrulla Preventiva fue clave al momento de auxiliar a Smeriglio, ya que se encargó de realizar las tareas de reanimación que le permitieron recuperarse de la asfixia, mientras se aguardaba la llegada de los Bomberos para trasladarla de urgencia al Hospital Pasteur.
Con los datos aportados por la víctima, la Policía inició la intensa búsqueda del prófugo, quien permaneció oculto por espacio de 17 horas y se presentó en la Comisaría de Distrito minutos antes de la medianoche de ese mismo domingo junto a un abogado.
Tres años más
Caballero está detenido desde entonces y continuará en ese estado hasta por lo menos el 12 de diciembre de 2015, fecha en la que se cumplirán los dos tercios de la pena impuesta (es decir, cuatro años), necesarios para solicitar la “libertad condicional”.
No obstante, dicho beneficio se le concederá sólo bajo ciertas condiciones (buen comportamiento durante el período de detención y un informe pericial psicológico que certifique que está en condiciones de reinsertarse socialmente), por lo que la excarcelación no será automática.
Cabe señalar que al momento de ser apresado, Caballero no registraba antecedentes penales de ningún tipo y trabajaba en una conocida empresa metalúrgica villamariense, donde se desempeñaba como encargado de un área.
Jueza y partes
El juicio de la víspera fue presidido por la camarista Silvia Saslavsky de Camandone y tuvo como protagonistas al fiscal Francisco Márquez y a las abogadas locales Andrea Bertero y María Eugenia Nebreda, mientras que la secretaria actuante fue Marcela Mattalía.
Nebreda ejerció la Defensa de Caballero, mientras que Bertero patrocinó a los padres de Smeriglio, quienes se constituyeron en la causa como querellantes particulares.
Tras la confesión de Caballero, el acusador público informó que había llegado a un acuerdo con las partes para solicitar la pena finalmente impuesta, por lo que tanto la representante de la Querella como la defensora adhirieron al pedido de seis años de prisión requerido por Márquez.
Cuando todo era color de rosa...
Como si se tratara de una gran vidriera virtual, la red social Facebook suele ofrecer lo que los propios usuarios quieren mostrar públicamente y sin restricciones, se trate de imágenes personales o de pensamientos escritos como grafitis en las paredes.
Así, Martín Caballero dejó huellas indelebles de lo que sentía por quien era su novia hasta poco más de un año antes del violento episodio en el que pretendió quitarle la vida.
“¿Se pusieron a pensar seriamente que la vida es una sola? Vivan cada instante como si fuera el último y compartan su amor con quienes realmente se lo merecen. Por eso cada segundo que pasa en el reloj te quiero un poquito más, amor”, escribió el 21 de octubre de 2010.
Apenas un día antes, el agresor de Eugenia deslizó que aquella era una “linda noche para andar noviando jajaja”. Y añadió: “Espero que mi amor me dé bola”.
Todo indica que por aquel octubre Caballero estaba perdidamente enamorado de Smeriglio y le escribió… “amor, te dejo un besito en la mesita de luz para que lo beses cuando esté trabajando”.
Debajo de esas líneas, Caballero y una familiar mantuvieron un breve diálogo:
- “Se enamoró el primo!!!”
- “Y bueno, prima, me robó el corazón”
- “Jaja... qué lindo verte felizzz!!!”
Y a comienzos de setiembre de ese mismo 2010, Caballero gritó a los cuatro vientos su profundo amor: “Cada gotita de esta fina lluvia es un ‘te quiero’ que le mando a mi amor... Euge, es para vos”.