Fue efímero el paso de Alumni en esta nueva edición de la Copa Argentina porque el compacto equipo de Rivadavia de Venado Tuerto (que compite en el Argentino B) también resultó ser verdugo en Plaza Ocampo y le propinó otra derrota al vencerlo por 2-0 con sendas conquistas en el complemento.
Justamente, en esa segunda etapa, la visita justificó el triunfo, ya que tras hacer notable figura al arquero villamariense Jonathan Scalzo (quien tuvo tapadas destacadísimas), terminó concretando la apertura por intermedio de Jorge Rotondo y desde allí le dio un quiebre definitivo al trámite.
Previo a dicho gol, que llegó promediando la etapa complementaria, Alumni mostró en el primer período buenos argumentos y evidenció, por momentos, la diferencia de categoría, aunque sin poder ocultar su principal falencia: la carencia para generar opciones gol, aspecto crucial que también acompañó a este equipo alternativo que dispuso Héctor Arzubialde.
Aunque no tuvo la más clara en ese primer tiempo (la mejor fue del rival, ya en los últimos minutos), supo controlar el partido e incomodar, en lapsos, a un Rivadavia que cuidó su arco con un acertado trabajo en función defensiva.
No obstante, el dominio de pelota y territorial -a través del buen trabajo de Mascambroni- que intentó sustentar Alumni no logró sumarle, más allá de la voluntad ofensiva, mayor peligrosidad y continuidad de acciones en los últimos metros, notándose además imprecisiones ante el poco ritmo de competencia en algunos de sus jugadores.
Más allá de eso, el afán de sus individualidades, conociendo que tenían que “mostrarse” en esta etapa de evaluación por la llegada del nuevo entrenador, permitió visualizar ribetes positivos como la movilidad de Amaya en los primeros minutos, los desbordes de Ezequiel Reina y apariciones de Alejo Gelatini, quien con su pegada y un arribo al área rival terminó siendo el hombre más peligroso del local.
Igualmente, al primer tiempo casi lo termina perdiendo porque Maldonado (de acertado trabajo en ese período haciendo zaga con Ortiz) se equivocó en una salida y Prioreschi le quitó el balón para quedar mano a mano con Scalzo, quien ganó ese primer duelo.
Ya en el complemento todo cambió. Porque Rivadavia se decidió a atacarlo, adelantando sus líneas y jugando más cerca del entonces solitario Juan Manuel López, a través de la inteligencia de Prioreschi con el balón y las constantes subidas de Aglieri y Rotondo, acrecentó su nivel y lastimó al “Fortinero”.
Esta nueva postura del rival pareció sorprender a un Alumni que, en un principio, contrarrestó con réplicas veloces (al tener más espacios) que ni Amaya ni López supieron finiquitar (erráticos arribando al área), a la vez que Gelatini mandó un remate al palo.
No obstante, pese a esas aproximaciones, Rivadavia fue superior frente a un Alumni que se fue quedando sin respuestas. El rival generó nítidas opciones de gol, como un remate al travesaño de Prioreschi (previo gran manotazo de Scalzo) y que López no aprovechó en el rebote, un cabezazo atajado impresionantemente por “Jony” y otro remate (casi del mismo lugar que el anterior) de Rotondo, que sacó al córner el arquero. Entonces, por la peligrosidad de los arribos de la visita, el gol terminó concretándose a los 20’. Es que Prioreschi captó un rebote y abrió juego para un Rotondo que, sin marcas, facturó el 1-0.
Dicho gol derrumbó a Alumni que con notable esfuerzo quiso hasta el final, pero no pudo. Es que tuvo desesperación y no encontró las variantes necesarias, por lo que terminó equivocando los caminos frente a un rival que hizo su negocio, no pasó sofocones, le quitó vértigo al partido y contragolpeó con seriedad, cerrando el partido con el tanto de López en el tiempo adicional.
El “Fortinero”, de esta manera, continúa sin ser dueño en casa porque el equipo alternativo que dispuso el técnico para evaluar, pensando en el Argentino A (la prioridad absoluta ante la realidad que apremia), también dejó a las claras las mismas falencias. Por lo tanto, habrá que esperar hasta el domingo y conocer si Alumni, de una vez por todas, sonríe en Plaza Ocampo.
La figura
Jonathan Scalzo tuvo tapadas impresionantes y las mismas le dieron vida a Alumni, principalmente en el complemento donde el “Fortinero” fue superado. En la visita, se destacó Maximiliano Prioreschi, gestor del primer gol. También fue bueno lo que mostraron Mascambroni (en el local), Rotondo y Aglieri, ambos de la visita.
El árbitro
Pascual Fernández empezó rígido con las amarillas para controlar, desde el principio, un partido que no le trajo mayores inconvenientes para desempeñar su función. Sus asistentes estuvieron correctos en sus fallos.