La artista plástica y museóloga “Cuqui” Ayassa ha instalado un jarrón en las puertas de su taller, en calle Salta al 1470, conteniendo ramas frescas de laurel aromático.
Junto al jarrón, un cartel reza “sírvase el laurel” y los transeúntes toman y se llevan gratuitamente trozos de “laurus nobilis”.
Según dijo la artista a EL DIARIO, se trata de una acción sin otro interés más que el de ser un aporte al pintoresquismo de la ciudad.
Las hojas de laurel son usadas como condimento en la gastronomía. Se utilizan generalmente enteras y son retiradas antes de servir. También pueden ser trituradas o molidas antes de cocinar para darle un mejor gusto a la comida.
Como planta medicinal es un tónico estomacal (estimulante del apetito, digestivo, colagogo y carminativo).
La ingesta de hojas de laurel en grandes cantidades llega a ser tóxica, ya que se trata de una de las plantas que con más frecuencia producen dermatitis de contacto y fenómenos de fotosensibilización (en períodos de contacto prolongado).
Es el objeto simbólico preferido en la astrología para el signo Aries.
Tiene connotaciones simbólicas en ciertas culturas, como la romana y la cristiana.
Según la mitología, el laurel es la transformación de la ninfa Dafne que, al ser perseguida por Apolo, fue salvada por su padre, el río Peneo, transformándola en laurel; de ahí, Apolo cortó dos ramas y las trenzó elaborando unas coronas triunfales que usan los victoriosos, generales y emperadores de la antigua Roma y que han llegado hasta nuestros días como símbolo de la victoria.