En honor a Santa Lucía (nombre devenido de luz y luminosidad), se conmemora hoy el Día del Optico, aunque también es la Santa de las costureras y sastres, debido a que son oficios en que la visión es fundamental.
La mujer venerada nació a finales del Siglo III en la ciudad de Siracusa, capital de la isla de Sicilia (Italia). Se cuenta que su madre viuda la prometió a un joven apuesto de la mencionada ciudad italiana, sin el consentimiento de ella. En ese tiempo, la mamá enfermó gravemente y Lucía rogó a otra Santa, Agueda, que la curara. Debido a que se produjo la mejora en la salud, es que madre e hija resolvieron consagrar a Lucía a Dios, haciendo votos de castidad. El prometido, enojado por tal decisión, las denunció frente al gobernador pagano, indicando que profesaban la religión cristiana. La condena fue atroz para Lucía. La quisieron llevar a un prostíbulo, sin embargo, la resistencia de la joven impidió que ingresara al lugar. A lo que no se pudo resistir fue al martirio. Después que quisieron quemarla, finalizó su historia terrenal con una espada clavada en la garganta. Allí hay muchas dudas en la historia de este martirio, porque no se sabe bien cómo es que llegó a ser la Santa de la visión. Algunos cuentan que se los sacó ella misma para dejar de ver a su prometido vengador. Otros, en cambio, indican que la advocación tiene que ver con el significado de su nombre.