Invitada por el Consejo Provincial de la Mujer, Alda Facio, estuvo en Córdoba en unas jornadas de capacitación sobre derechos de género.
Desde la capital provincial, dialogó con EL DIARIO sobre la problemática de la violencia de género, indicando que la raíz está en la desigualdad.
“Para eliminar la violencia hay que lograr la igualdad, que no es otra cosa que valorar a cada uno en su justa medida”, indicó.
Esas desigualdades se generan en todos los ámbitos, afirmó. “En lo laboral, lo social, lo doméstico, en el ámbito público. Por eso, si bien es muy positivo que las leyes vayan evolucionando, es necesario para que las apliquen un cambio de mentalidad”, indicó, dando como ejemplo que recientemente en México, se cambió la normativa legal haciendo que la mujer víctima no tuviera que demostrar su inocencia. “Sin embargo, los jueces siguen partiendo de que la víctima tiene que probar que no provocó la violación”, indicó.
Es por eso que a su criterio es indispensable la capacitación y la sensibilización. “No son procesos que se den de un día para otro”, explicó.
En su alocución, dio a conocer la historia de cómo la mujer llegó a ser considerada sujeto de derechos e hizo especial hincapié en la violencia mediática, que se da a través de la erotización y cosificación de la mujer. “Lo vemos en las revistas más comunes y en programas de televisión”, lo que hace que se profundice la misoginia (desprecio por lo femenino) de la sociedad.
En Argentina, señaló la contradicción de los medios que tratan muy bien los casos de violencia de género, que hacen campañas para evitarla, a la par de que promueven la cosificación de la mujer “lo que contradice y anula esas campañas”, concluyó.
Prostitución
Al ser consultada sobre el debate dado acerca de la prostitución entre defensoras de su ejercicio como un trabajo y los abolicionistas, Facio consideró que bajo ningún concepto se puede afirmar que la prostitución es un trabajo. “Pero lo que sí es indispensable es defender los derechos humanos de las mujeres que se encuentren en esa situación. Considero que la clandestinidad, las expone a más violencia”.
Afirma que la cuestión no pasa por abolir los prostíbulos “sino, por eliminar la demanda, porque el demandante no va por sexo, sino por dominación”.