Con motivo del paro del día 20N, quiero dirigirme a los trabajadores del sector de Fábrica Militar, quienes en algunos casos son los que sobrevivieron a la experiencia de los ‘90, en que la FM era un conjunto de elementos obsoletos que imponía una discusión, no sólo hacia la sociedad villamariense, sino también hacia adentro de la fábrica, incluidos sus trabajadores.
En las fuerzas vivas de la ciudad, léase Concejo Deliberante, partidos políticos, Ejecutivo municipal y simples ciudadanos, prevalecía la idea de que la misma ya no era empresa rentable, no tenía tecnología que la pudiera hacer competitiva y que por lo tanto la mejor política era cerrarla y hacer con la superficie de la misma un negocio inmobiliario, barrio cerrado, alquiler de galpones a empresas privadas. Por otro lado los trabajadores que subsistían como recuerdo de mejores épocas se veían obligados a realizar tareas no acordes con su edad y condiciones físicas, dado que hacía años que no se tomaba nuevo personal, con salarios miserables, en condiciones deplorables muchos de ellos aceptaron un retiro voluntario, que en pocos meses se les fue de las manos y sólo les dejó su nueva condición de desocupados, con todo lo que ello significa. Muchos de estos compañeros todavía están en situación precaria y con razón o no considerándose olvidados de la Fábrica en la que dejaron su mejores años y del sindicato al que pertenecieron y con cuyas banderas se movilizaron durante años en defensa de una fuente de trabajo que aparecía como una causa perdida.
Luego de esta situación detallada a grandes rasgos, llegó lo que se ha dado a llamar el kirchnerismo y una de las primera banderas que levanta junto a DDHH, es la de defensa del Patrimonio y la industria nacional, ejemplos sobran: Aerolíneas, Astilleros, YPF, etcétera y también Fabricaciones Militares, por lo tanto la FM de Villa María, que dejó de ser lo que describimos y fue avanzando a un nuevo estado, con incorporación de nuevos trabajadores, con recuperación del salario y que muy probablemente algunos de ellos paguen el impuesto a las ganancia, cuyo mínimo a no dudarlo hay que actualizar lo más urgente posible.
Toda esta consideración realizada es para hacer fundamentalmente una pregunta: Pablo Micheli que es el representante de estos trabajadores, ¿conoce esta evolución? Los trabajadores saben que si volvemos a la época que reivindican Momo Benegas y Luis Barrionuevo, últimos aliados de Micheli seguramente volverá la situación descripta en primer lugar? Que Moyano después de haber acumulado un poder gremial y económico pocas veces visto hoy disputa poder personal; y que Micheli no va a pasar hambre ni a cobrar bajos salarios, ni caer en la desocupación, como no ocurrió con sus antecesores, que enfrentaron el modelo, pero desde una seguridad económica que la mayoría de los trabajadores no teníamos.
Quien escribe estas líneas pretendiendo aportar a la discusión del rol de los Sindicatos hoy, vivió congelamiento de salario, reducción del 30% de sus haberes y cobro con bonos. No quiere más esto ni para si ni para el resto de los trabajadores.-
Roberto Battaglia
Ex Secretario General de CTA Villa María